Jesús extendió la mano y tocó al hombre. ―Sí, quiero —le dijo—. ¡Queda sano! Y al instante quedó sano de la lepra.
Hechos 9:34 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) «Eneas —le dijo Pedro—, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama». Y al instante se levantó. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó. Biblia Nueva Traducción Viviente Pedro le dijo: «Eneas, ¡Jesucristo te sana! ¡Levántate y enrolla tu camilla!». Al instante, fue sanado. Biblia Católica (Latinoamericana) Pedro le dijo: 'Eneas, Jesucristo te sana. Levántate y arregla tu cama. Y de inmediato se levantó. La Biblia Textual 3a Edicion Pedro le dijo: ¡Eneas, Jesucristo te sana, levántate y haz tu cama!° Y al instante se levantó. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y le dijo Pedro: 'Eneas, el Señor Jesús te va a curar; levántate y hazte tú mismo la cama'. Y al momento se levantó. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y al instante se levantó. |
Jesús extendió la mano y tocó al hombre. ―Sí, quiero —le dijo—. ¡Queda sano! Y al instante quedó sano de la lepra.
Pues, para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Esta, la primera de sus señales milagrosas, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
Así continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y le dijo al espíritu: ―¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella! Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó.
Al ver esto, Pedro les dijo: «Israelitas, ¿por qué les sorprende lo que ha pasado? ¿Por qué nos miran como si, por nuestro propio poder o virtud, hubiéramos hecho caminar a este hombre?
Por la fe en el nombre de Jesús, él ha sanado a este hombre a quien ustedes ven y conocen. Esta fe que viene por medio de Jesús lo ha sanado por completo, como les consta a ustedes.
―No tengo plata ni oro —le dijo Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!
Pues escuchen esto, todos ustedes y todo el pueblo de Israel: Este hombre está aquí delante de ustedes sano, gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret. Ustedes lo crucificaron, pero Dios lo ha resucitado.
Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama.
Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron y se convirtieron al Señor.