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Hechos 8:17 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Entonces Pedro y Juan pusieron las manos sobre ellos, y recibieron el Espíritu Santo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Pedro y Juan impusieron sus manos sobre esos creyentes, y recibieron el Espíritu Santo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Entonces les iba imponiendo las manos y recibían el Espíritu Santo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.

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Otras versiones



Hechos 8:17
15 Referencias Cruzadas  

y le suplicaba con insistencia: ―Mi hijita se está muriendo. Ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva.


Así que, después de ayunar, pusieron las manos sobre ellos y oraron para despedirlos.


Cuando Pablo les puso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos. Entonces empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.


Todos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les indicaba que hablaran.


Los presentaron a los apóstoles, quienes pusieron sus manos sobre ellos y oraron.


Al ver Simón que al poner las manos los apóstoles impartían el Espíritu Santo, les ofreció dinero.


Ananías se fue. Cuando llegó a la casa, puso sus manos sobre Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús me ha enviado. Fue él quien se te apareció en el camino. Me envía para que recuperes la vista y seas lleno del Espíritu Santo».


Tengo muchos deseos de verlos para darles ánimo espiritual, para que sigan firmes en lo que han creído.


Ponte a practicar la habilidad que Dios te dio cuando los líderes te pusieron las manos y oraron por ti. Lo hicieron siguiendo órdenes del Espíritu.


Piénsalo bien antes de apresurarte a nombrar a alguien para servir a Dios, pues podrías hacerte responsable de pecados ajenos. Mantente lejos de toda maldad.


Por eso te recomiendo que uses con más fuerza esa habilidad que Dios te dio cuando oré poniendo mis manos sobre ti.


Dejemos ya la enseñanza sobre bautismos, el poner las manos sobre otros, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.