Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto y no se atrevían a preguntárselo.
Hechos 7:25 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Moisés suponía que su pueblo reconocería que Dios iba a liberarlos por medio de él, pero ellos no lo comprendieron así. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así. Biblia Nueva Traducción Viviente Moisés supuso que sus compatriotas israelitas se darían cuenta de que Dios lo había enviado para rescatarlos, pero no fue así. Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Comprenderían sus hermanos que Dios lo enviaba a ellos como un libertador? Moisés lo creía, pero ellos no lo entendieron. La Biblia Textual 3a Edicion Suponía entonces que los hermanos entenderían que Dios les daría° salvación por su mano, pero ellos no entendieron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pensaba que sus hermanos comprenderían que Dios los iba a salvar por su medio, pero ellos no lo comprendieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar libertad por su mano; pero ellos no lo habían entendido. |
Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto y no se atrevían a preguntárselo.
Los discípulos no entendieron nada de esto. Les era difícil de entender, pues no captaban el sentido de lo que les hablaba.
Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto. No lo podían entender aún, y no se atrevían a preguntarle.
Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y le informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe a los no judíos.
Al llegar a Jerusalén, fueron muy bien recibidos por la iglesia, los apóstoles y los líderes. Luego Pablo y Bernabé les informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos.
Después de una larga discusión, Pedro tomó la palabra: ―Hermanos en la fe, ustedes saben que desde un principio Dios me eligió de entre ustedes. Me eligió para que les anunciara el mensaje de la buena noticia a los que no son judíos y estos creyeran.
Después de saludarlos, Pablo les contó detalladamente lo que Dios había hecho entre los no judíos por medio de su ministerio.
Al ver que un egipcio maltrataba a uno de ellos, fue en su defensa y lo vengó matando al egipcio.
Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Señores, ustedes son parte de un mismo pueblo; ¿por qué quieren hacerse daño?”.
Por eso no me atrevo a hablar de otra cosa que no sea lo que Cristo ha hecho por medio de mí. Hablaré de lo que él hizo para que los no judíos lleguen a obedecer a Dios. Lo he hecho por medio de mis palabras y de las cosas que hago.
Pero soy apóstol gracias al amor de Dios, aunque no merezco ese amor. Ese amor por mí ha dado resultados, pues he trabajado con más fuerza que los demás apóstoles. Sin embargo, reconozco que no soy yo quien lo ha logrado. Ha sido obra de Dios, quien me ha amado sin yo merecerlo.
En efecto, nosotros somos ayudantes al servicio de Dios. Y ustedes son como un campo sembrado que pertenece a Dios. Ustedes son como un edificio construido por él.
Nosotros, ayudantes de Dios, les rogamos que sepan apreciar su inmerecido amor.