»Así que, cuando vean en el lugar santo “el horrible sacrilegio”, del que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda),
Hechos 6:13 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Presentaron testigos falsos, que declararon: «Este hombre no deja de hablar contra este lugar santo y contra la Ley. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; Biblia Nueva Traducción Viviente Los testigos mentirosos dijeron: «Este hombre siempre habla contra el santo templo y contra la ley de Moisés. Biblia Católica (Latinoamericana) Allí se presentaron testigos falsos que declararon: 'Este hombre no cesa de hablar contra nuestro Lugar Santo y contra la Ley. La Biblia Textual 3a Edicion Y presentaron testigos falsos, diciendo: Este hombre no cesa de hablar° palabras° contra el lugar santo y la ley. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Presentaron testigos falsos que afirmaron: 'Este hombre no cesa de proferir dicterios contra este lugar santo y contra la ley; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y pusieron testigos falsos, que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas en contra de este lugar santo y de la ley: |
»Así que, cuando vean en el lugar santo “el horrible sacrilegio”, del que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda),
Los jefes de los sacerdotes y el tribunal en pleno buscaban alguna prueba falsa contra Jesús para poder condenarlo a muerte.
Gritaban: «¡Israelitas! ¡Ayúdennos! Este es el hombre que anda por todas partes enseñando en contra de nuestro pueblo, nuestra Ley y este lugar. Ahora ha metido a unos griegos en el Templo. No tiene respeto por este lugar santo».
Pablo se defendía: ―No he cometido ninguna falta contra la Ley de los judíos ni contra el Templo ni contra el césar.
Entonces les pagaron a unos hombres para que dijeran: «Hemos oído a Esteban ofender a Moisés y a Dios».
Lo sacaron a empujones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores dejaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo.
Porque cuando cambia la clase de sacerdote, también tiene que cambiarse la Ley.