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Hechos 5:39 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero, si es de Dios, no podrán destruirlos, y ustedes se encontrarán luchando contra Dios». Se dejaron convencer por Gamaliel.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero si es de Dios, ustedes no podrán detenerlos. ¡Tal vez hasta se encuentren peleando contra Dios!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero si viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos, y ojalá no estén luchando contra Dios. El Consejo le escuchó'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero si es de Dios, no podréis destruirlos; no sea que hasta seáis hallados luchando contra Dios. Y fueron persuadidos por él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos. Y no vayáis a encontraros con que estáis en lucha contra Dios'. Siguieron este parecer.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

pero si es de Dios, no la podréis deshacer; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.

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Otras versiones



Hechos 5:39
23 Referencias Cruzadas  

Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.


Pues yo mismo les daré palabras adecuadas y sabiduría para responder. Ningún enemigo podrá resistirles ni contradecirles.


Así que Dios les dio a ellos el mismo don que a nosotros al creer en el Señor Jesucristo. Y si así lo hizo, ¿quién soy yo para oponerme a Dios?».


Se produjo entonces un gran alboroto. Algunos de los maestros de la Ley que eran fariseos se pusieron de pie y dijeron: «Este hombre no ha hecho nada malo. Es probable que un espíritu o un ángel le haya hablado».


Pero no podían hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba Esteban.


»¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!


―¿Quién eres, Señor? —preguntó. ―Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—.


Pues lo que parece una locura de parte de Dios es una sabiduría más grande que la sabiduría humana. Del mismo modo, lo que parece una debilidad de Dios es una fuerza más grande que la fuerza humana.


¿O vamos a provocar celos en el Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?