porque Herodes temía a Juan y lo protegía. Sabía que era un hombre justo y santo. Cuando Herodes oía a Juan, se quedaba muy confundido, pero lo escuchaba con gusto.
Hechos 24:24 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Algunos días después, llegó Félix con su esposa Drusila, que era judía. Mandó llamar a Pablo y lo escuchó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Biblia Nueva Traducción Viviente Unos días después, Félix regresó con su esposa, Drusila, quien era judía. Mandó llamar a Pablo, y lo escucharon mientras les habló acerca de la fe en Cristo Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) Algunos días después vino Félix con su esposa, Drusila, que era judía. Mandó llamar a Pablo y lo dejó hablar de la fe en Cristo. La Biblia Textual 3a Edicion Después de algunos días, llegó Félix con Drusila su mujer (que era judía), y llamando a Pablo, lo oyó acerca de la fe de Jesús el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al cabo de algunos días, se presentó Félix con su mujer Drusila, que era judía, hizo llamar a Pablo y lo escuchó sobre la fe en Cristo Jesús. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y algunos días después, viniendo Félix con Drusila, su esposa, la cual era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Cristo. |
porque Herodes temía a Juan y lo protegía. Sabía que era un hombre justo y santo. Cuando Herodes oía a Juan, se quedaba muy confundido, pero lo escuchaba con gusto.
Estaba tratando de ver quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, pues era de baja estatura.
Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento. Hacía tiempo que quería verlo por lo que oía acerca de él. Y esperaba ver a Jesús haciendo algún milagro.
A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.
Pablo les habló sobre la justicia, el dominio propio y el juicio que vendrá de parte de Dios. Entonces Félix tuvo miedo y le dijo: «¡Basta por ahora! Puedes retirarte. Cuando crea conveniente, te mandaré llamar otra vez».
Pero Dios me ha ayudado hasta hoy. Por eso me mantengo firme, hablando de esto a todos por igual. No he dicho sino lo que los Profetas y Moisés ya dijeron que sucedería:
Sin embargo, reconocemos que nadie es aceptado como justo delante de Dios por hacer las cosas que demanda la Ley. Somos aceptados como justos por creer en Jesucristo. Nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús. Así que somos aceptados como justos por la fe en él y no por hacer las cosas que demanda la Ley. Porque nadie será aceptado por Dios como justo por hacer esas cosas.
Lo que yo era antes fue crucificado con Cristo, y ya no soy esa persona, sino que Cristo vive en mí. Ahora vivo en este cuerpo confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.
Solo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu de Dios por hacer las cosas que demanda la Ley o por creer y aceptar el mensaje?
Todo el que cree que Jesús es el Cristo es un hijo de Dios. Y todo el que ama al Padre también ama a sus hijos.
Queridos hermanos en la fe, mucho he deseado escribirles acerca de la salvación que ustedes y yo compartimos. Pero ahora siento la necesidad de escribirles acerca de otro asunto: para rogarles que luchen fuertemente por defender todo en lo que hemos creído. Porque esa enseñanza fue entregada para siempre a los creyentes.
¡En esto se sabrá quiénes son creyentes fieles hasta el fin! Así se sabrá quiénes obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles a Jesús.