Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella.
Hechos 24:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Entonces Félix, que estaba bien informado de todo lo referente al mensaje de Jesús, suspendió la reunión. ―Cuando venga el comandante Lisias, decidiré su caso —les dijo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. Biblia Nueva Traducción Viviente En ese momento, Félix, quien estaba bastante familiarizado con el Camino, levantó la sesión y dijo: «Esperen hasta que llegue Lisias, el comandante de la guarnición. Entonces tomaré una decisión sobre el caso». Biblia Católica (Latinoamericana) Félix, que estaba bien informado sobre el Camino, postergó el caso con estas palabras: 'Cuando baje el comandante Lisias, resolveré este caso. La Biblia Textual 3a Edicion Félix entonces, enterado más exactamente acerca del Camino, les aplazó el asunto, diciendo: Cuando baje el tribuno Lisias, examinaré vuestro caso. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Félix, que estaba bien informado de las cosas relativas al Camino, difirió la sentencia y les dio largas, diciendo: 'Cuando baje el tribuno Lisias, resolveré vuestro asunto'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando Félix escuchó estas cosas, teniendo un conocimiento más perfecto de este Camino, les puso dilación, y dijo: Cuando Lisias, el capitán principal descienda, terminaré de conocer de vuestro asunto. |
Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella.
Tal y como están las cosas, con lo sucedido hoy corremos el riesgo de que nos acusen de alborotar a la gente. ¿Qué razón podríamos dar de este alboroto, si no hay ninguna?
Entonces el gobernador, con un gesto, le dio la palabra a Pablo. Este respondió: ―Sé que desde hace muchos años usted ha sido juez de esta nación. Es por eso que me da gusto presentar mi defensa ante usted.
Sin embargo, sí confieso que adoro al Dios de nuestros antepasados. Lo adoro junto con el grupo de los que han aceptado el mensaje de Jesús. Y lo he aceptado porque estoy de acuerdo con todo lo que enseña la Ley. También creo lo que está escrito en el libro de los Profetas. A este grupo mis acusadores lo llaman secta.
Algunos días después, llegó Félix con su esposa Drusila, que era judía. Mandó llamar a Pablo y lo escuchó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús.
Incluso trató de echar a perder la buena fama de nuestro Templo. Por eso lo arrestamos.
El problema es que no tengo definido nada que escribir al emperador acerca de él. Por eso lo he traído ante ustedes, y especialmente delante de usted, rey Agripa. Espero que al hacerle preguntas tenga yo algunos datos para mi carta.
Sobre todo, porque usted está bien informado de todas las costumbres y discusiones de los judíos. Por eso le ruego que me escuche con paciencia.
Por eso le pidió al sumo sacerdote que le diera cartas de autorización. Quería ir a las sinagogas de Damasco para arrestar a todos los que creían en Jesús. Los llevaría presos a Jerusalén, fueran hombres o mujeres.