»Tengan cuidado con la gente; los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.
Hechos 22:30 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Al día siguiente, el comandante quería saber con exactitud de qué acusaban los judíos a Pablo. Así que lo desató y mandó que se reunieran los jefes de los sacerdotes y todos los del tribunal. Luego llevó a Pablo y lo presentó ante ellos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos. Biblia Nueva Traducción Viviente Al día siguiente, el comandante ordenó que los sacerdotes principales se reunieran en sesión con el Concilio Supremo judío. Quería averiguar de qué se trataba el problema, así que soltó a Pablo para presentarlo delante de ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) Al día siguiente hizo soltar a Pablo. Quería conocer con certeza cuáles eran los cargos que los judíos tenían contra él, y mandó que se reunieran los jefes de los sacerdotes y todo el Consejo que llaman Sanedrín. Después hizo bajar a Pablo para que compareciera ante ellos. La Biblia Textual 3a Edicion Al día siguiente, queriendo saber de seguro por qué lo acusaban° los judíos, lo desató; y mandó reunir a los principales sacerdotes y a todo el Sanedrín; y sacando a Pablo, lo puso ante ellos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al día siguiente, deseando averiguar de qué lo acusaban los judíos, ordenó que lo soltasen, mandó reunir a los príncipes de los sacerdotes y a todo el sanedrín, tomó a Pablo y lo llevó ante ellos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la que era acusado de los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los príncipes de los sacerdotes y a todo su concilio; y sacando a Pablo, le presentó delante de ellos. |
»Tengan cuidado con la gente; los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.
Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano será llevado a juicio. Es más, cualquiera que insulte a su hermano será llevado ante el tribunal. Y cualquiera que lo maldiga será llevado al fuego del infierno.
Este vino a vernos y, tomando el cinturón de Pablo, se ató con él de pies y manos, y dijo: ―Así dice el Espíritu Santo: “De esta manera atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón y lo entregarán en manos de los no judíos”.
El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho.
De esto son testigos el sumo sacerdote y todos los líderes del tribunal. Ellos incluso me dieron cartas de autorización para que nuestros amigos judíos de Damasco me ayudaran. Y fui allá con el fin de traer presos a Jerusalén a los creyentes que encontrara, para que fueran castigados.
Pablo se quedó mirando fijamente al tribunal y dijo: ―Amigos israelitas, hasta hoy yo he actuado delante de Dios con toda buena conciencia.
Ahora, pónganse de acuerdo con el tribunal y pídanle al comandante que traiga al prisionero. Díganle que necesitan información más precisa sobre su caso. Nosotros estaremos listos para matarlo en el camino.
―Los judíos se han puesto de acuerdo. Le pedirán que mañana lleve a Pablo ante el tribunal. Dirán que desean obtener información más precisa acerca de él.
Pablo, sabiendo que algunos de ellos eran saduceos y los demás fariseos, alzó su voz y dijo ante el tribunal: ―Amigos israelitas, yo soy fariseo de pura cepa. Me están juzgando porque he puesto mi esperanza en la resurrección de los muertos.
―Le pido a Dios que, en poco o mucho tiempo, no solo usted, sino también todos los que me están escuchando lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.
Siguiendo lo que habían oído, al amanecer entraron en el Templo y se pusieron a enseñar. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus seguidores, reunieron al tribunal, es decir, a la asamblea general de los líderes de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles.