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Hechos 21:34 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Entre la gente cada uno gritaba una cosa distinta. Como el comandante no pudo averiguar la verdad a causa del alboroto, mandó que llevaran a Pablo al cuartel.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Unos gritaban una cosa, y otros otra. Como no pudo averiguar la verdad entre todo el alboroto y la confusión, ordenó que llevaran a Pablo a la fortaleza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero entre la gente unos gritaban una cosa y otros otra. Al ver el comandante que no podía sacar nada en claro a causa del alboroto, dio orden de que llevaran a Pablo a la fortaleza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa° y otros, otra, y no pudiendo saber la razón del alboroto, ordenó que lo llevaran a la fortaleza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

De entre la turba cada cual gritaba una cosa distinta. Ante la imposibilidad de llegar a nada cierto por el tumulto, ordenó que lo llevaran al cuartel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, le mandó llevar a la fortaleza.

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Otras versiones



Hechos 21:34
8 Referencias Cruzadas  

Había confusión en la asamblea. Cada uno gritaba una cosa distinta, y la mayoría ni siquiera sabía para qué se habían reunido.


Cuando los soldados estaban a punto de meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante: ―¿Me permite decirle algo? ―¿Hablas griego? —le preguntó el comandante—.


Entonces, el comandante ordenó que metieran a Pablo en el cuartel. Mandó que lo golpearan y lo interrogaran para averiguar por qué gritaban así contra él.


Al día siguiente, el comandante quería saber con exactitud de qué acusaban los judíos a Pablo. Así que lo desató y mandó que se reunieran los jefes de los sacerdotes y todos los del tribunal. Luego llevó a Pablo y lo presentó ante ellos.


La discusión se volvió tan violenta que el comandante tuvo miedo de que hicieran pedazos a Pablo. Así que ordenó a los soldados que sacaran a Pablo de allí por la fuerza y lo llevaran al cuartel.


El hijo de la hermana de Pablo se enteró de esta trampa, así que entró en el cuartel y avisó a Pablo.


Al día siguiente, dejaron que los soldados de la caballería siguieran con él mientras los demás volvían al cuartel.


El problema es que no tengo definido nada que escribir al emperador acerca de él. Por eso lo he traído ante ustedes, y especialmente delante de usted, rey Agripa. Espero que al hacerle preguntas tenga yo algunos datos para mi carta.