Al llegar a Éfeso, Pablo se separó de sus compañeros y entró en la sinagoga. Allí les habló a los judíos acerca de Jesús.
Hechos 20:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Cuando llegaron, les dijo: «Ustedes saben cómo me porté todo el tiempo que estuve con ustedes, desde el primer día que vine a la provincia de Asia. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando llegaron, Pablo declaró: «Ustedes saben que desde el día que pisé la provincia de Asia hasta ahora, Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando ya estuvieron a su lado, les dijo: 'Ustedes han sido testigos de mi forma de actuar durante todo el tiempo que he pasado entre ustedes, desde el primer día que llegué a Asia. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando acudieron a él, les dijo: Vosotros sabéis bien cómo, desde el primer día que entré en Asia, me he comportado con vosotros todo el tiempo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando llegaron, les dijo: 'Vosotros sabéis muy bien cómo me he portado con vosotros todo el tiempo, desde el primer día que puse el pie en Asia, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he conducido entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia; |
Al llegar a Éfeso, Pablo se separó de sus compañeros y entró en la sinagoga. Allí les habló a los judíos acerca de Jesús.
Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones montañosas y llegó a Éfeso. Allí encontró a algunos discípulos.
Así lo hizo durante dos años, de modo que todos los judíos y los griegos que vivían en la provincia de Asia llegaron a escuchar el mensaje del Señor.
Pablo había decidido no parar en Éfeso para no demorarse en la provincia de Asia. Tenía prisa por llegar a Jerusalén para el día de Pentecostés, si fuera posible.
Lo acompañaron Sópater hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo; y, por último, Tíquico y Trófimo, de la provincia de Asia.
Para nosotros, es motivo de satisfacción el saber que no hemos hecho nada malo. Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la honestidad y sinceridad que vienen de Dios. Y lo hemos logrado gracias al amor inmerecido de Dios, y no gracias a nuestra sabiduría humana.
Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito y mi fe. Sabes de la paciencia que he tenido, del amor que tengo por los demás y de cómo soporto las dificultades.