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Hechos 16:25 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Alrededor de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Hacia media noche Pablo y Silas estaban cantando himnos a Dios, y los demás presos los escuchaban.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero hacia la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los presos escuchaban.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Alrededor de la media noche Pablo y Silas, puestos en oración, cantaban himnos a Dios; los restantes presos les estaban escuchando.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero a media noche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.

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Otras versiones



Hechos 16:25
38 Referencias Cruzadas  

Y, como estaba angustiado, se puso a orar con más fuerza. Su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.


Entonces los apóstoles y los líderes decidieron elegir a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Lo hicieron de común acuerdo con toda la iglesia. Eligieron a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, que eran líderes reconocidos por los creyentes.


Los dueños de la joven se dieron cuenta de que se les había acabado la esperanza de ganar dinero. Así que agarraron a Pablo y a Silas y los arrastraron a la plaza, ante las autoridades.


A esas horas de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las heridas. En seguida fueron bautizados él y toda su familia.


Así pues, los apóstoles salieron del tribunal. Estaban llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir insultos por causa del nombre de Jesús.


Vivan alegres, pues ustedes tienen esperanza. Muestren paciencia cuando les toque sufrir y nunca dejen de orar.


Y no solo esto nos alegra, sino que también nos alegramos de tener que sufrir. Pues sabemos que el sufrimiento nos da más fuerza para soportar.


En ocasiones estamos como tristes, pero siempre estamos contentos. Somos pobres, pero a muchos les compartimos nuestra riqueza. No tenemos nada, pero a la vez lo tenemos todo.


Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor de todo corazón,


La fe que ustedes tienen los mueve a presentarse ante Dios como una ofrenda de servicio y sacrificio. Y, si tuviera que dar mi vida para acompañar su ofrenda, me daría mucha alegría. Alegría que comparto con todos ustedes.


Ahora, aunque sufro por ustedes, me alegro. Pues así voy completando en mí mismo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por su iglesia, que es su cuerpo.


Cuando vivía aquí en la tierra, Jesús hizo oraciones rogando al que podía salvarlo de la muerte. Lo hizo con fuerte voz y lágrimas. Y fue escuchado porque fue humilde y obediente.


Hermanos en la fe, alégrense mucho cuando tengan que enfrentarse a distintas dificultades.


¿Está triste alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.


Dichosos ustedes si los insultan por ser fieles a Cristo. Eso significa que el glorioso Espíritu de Dios está en ustedes.