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Hechos 13:26 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

»Amigos israelitas, descendientes de Abraham, pongan atención. Y ustedes también, los no judíos que respetan a Dios, escuchen: a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Hermanos —ustedes, hijos de Abraham, y también ustedes, gentiles temerosos de Dios—, ¡este mensaje de salvación ha sido enviado a nosotros!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Hermanos israelitas, hijos y descendientes de Abrahán, y también ustedes los que temen a Dios, a todos nosotros se nos ha dirigido este mensaje de salvación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios: Para nosotros° fue enviada la palabra de esta salvación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Hermanos, hijos del linaje de Abrahán, y los que entre vosotros temen a Dios: a nosotros ha sido enviado este mensaje de salvación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.

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Otras versiones



Hechos 13:26
28 Referencias Cruzadas  

Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel.


No piensen que podrán decir: “Somos descendientes de Abraham”. Pues les digo que Dios puede convertir estas piedras en descendientes de Abraham.


Nos envió un poderoso Salvador, que viene de la familia del rey David, su siervo.


Darás a conocer a su pueblo la salvación mediante el perdón de sus pecados.


En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


―Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.


Él y toda su familia amaban y obedecían a Dios. Cornelio ayudaba a los judíos pobres y oraba a Dios constantemente.


Al contrario, él ve con agrado a los que, en toda nación, le obedecen y actúan con justicia.


Cuando terminó la reunión, muchos judíos y extranjeros que habían aceptado la religión judía acompañaron a Pablo y a Bernabé. Ellos, por su parte, los animaron a seguir confiando en el inmerecido amor de Dios.


Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los que no son judíos.


Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: ―Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.


De esto son testigos el sumo sacerdote y todos los líderes del tribunal. Ellos incluso me dieron cartas de autorización para que nuestros amigos judíos de Damasco me ayudaran. Y fui allá con el fin de traer presos a Jerusalén a los creyentes que encontrara, para que fueran castigados.


»Por tanto, quiero que sepan que esta salvación de Dios se ha enviado a los no judíos. Y ellos sí escucharán».


Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a ustedes. Lo envió para darles la bendición de que cada uno se convierta de sus maldades».


De hecho, en ningún otro hay salvación. No hay bajo el cielo otro nombre dado a las personas mediante el cual podamos ser salvos».


«Vayan —les dijo—, preséntense en el Templo y comuniquen al pueblo todo este mensaje de vida».


Les digo la verdad, no me avergüenzo del mensaje de la buena noticia. Es un mensaje con el poder de Dios para la salvación de todos los que creen: primero de los judíos, pero también de los no judíos.


Ustedes oyeron el mensaje de la verdad, la buena noticia que les trajo la salvación. Cuando creyeron en ese mensaje, recibieron el Espíritu Santo prometido. Y, al recibirlo, fueron marcados como propiedad de Dios. Y esto se lo debemos a Cristo.


Y sabemos que lo hacen porque están seguros de la recompensa que Dios les dará en el cielo. Esta seguridad la obtuvieron al escuchar el verdadero mensaje, que es la buena noticia