»Yo los bautizo a ustedes con agua en señal de arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
Hechos 13:25 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: “¿Quién suponen ustedes que soy? No soy aquel. Miren, después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando estaba en los últimos días de su ministerio, Juan preguntó: “¿Creen ustedes que yo soy el Mesías? No, ¡no lo soy! Pero él pronto viene, y yo ni siquiera soy digno de ser su esclavo ni de desatarle las sandalias de sus pies”. Biblia Católica (Latinoamericana) Y cuando estaba para terminar su carrera, Juan declaró: 'Yo no soy el que ustedes piensan, pero detrás de mí viene otro al que yo no soy digno de desatarle la sandalia. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando Juan terminaba la carrera, decía: ¿Qué° pensáis que soy yo? No soy yo;° sino que detrás de mí viene uno de quien no soy digno de desatar la sandalia de sus pies.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Estando ya Juan a punto de terminar su carrera, declaró: 'Yo no soy lo que pensáis que soy; sino que detrás de mí viene aquel de quien yo no soy digno de desatar la sandalia de los pies'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy yo? No soy yo Él. Mas, he aquí, viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de sus pies. |
»Yo los bautizo a ustedes con agua en señal de arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
Predicaba de esta manera: «Después de mí viene uno más poderoso que yo. Ante él, ni siquiera merezco agacharme para desatar la correa de sus sandalias.
Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
―Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —les dijo Jesús—.
El que habla por cuenta propia busca su propia honra. En cambio, el que busca honrar al que lo envió es una persona sincera y sin maldad.
»Lo cierto es que David murió después de servir a su propia gente. Así lo había planeado Dios. Y fue enterrado con sus antepasados, y su cuerpo sufrió la descomposición.
Pablo les explicó: ―El bautismo de Juan no era más que un bautismo de arrepentimiento. Él le decía al pueblo que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús.
Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo. Lo que me importa es terminar la tarea que me dio el Señor Jesús. Quiero cumplir mi misión: anunciar el mensaje de la buena noticia del inmerecido amor de Dios.
Nosotros no hablamos de nosotros mismos, sino de Jesucristo, y lo presentamos como el Señor. Somos tan solo servidores de ustedes porque obedecemos a Jesús.
Me he esforzado, como quien pelea una buena batalla o termina una carrera. Y, al final, he mantenido la fe en Cristo.
Pero, cuando terminen de dar su mensaje, subirá del abismo una bestia. Esta bestia les hará la guerra, los vencerá y los matará.