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Hechos 10:39 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Y nosotros, los apóstoles, somos testigos de todo lo que él hizo por toda Judea y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo en una cruz,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en la misma Jerusalén. Al final lo mataron colgándolo de un madero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo,° tanto en la región de los judíos como en Jerusalem. A Éste mataron colgándolo en un madero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén. Le mataron, colgándolo de un madero.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; al cual mataron colgándole en un madero.

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Otras versiones



Hechos 10:39
16 Referencias Cruzadas  

Han querido decirlas tal y como las contaron los que desde el principio fueron testigos presenciales y servidores de la palabra.


Ustedes son testigos de estas cosas.


Y también ustedes darán testimonio porque han estado conmigo desde el principio.


Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder. Y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el último rincón de la tierra.


pero no a todos. Se apareció a nosotros, testigos previamente elegidos por Dios. Sí, a nosotros, los que comimos y bebimos con él después de su resurrección.


Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén. Y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.


A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos.


Pues escuchen esto, todos ustedes y todo el pueblo de Israel: Este hombre está aquí delante de ustedes sano, gracias al nombre de Jesucristo de Nazaret. Ustedes lo crucificaron, pero Dios lo ha resucitado.


¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo. Y ahora ustedes lo han traicionado y asesinado.


Cristo nos rescató de la maldición de la Ley. Él aceptó que esa maldición cayera sobre él. Pues las Escrituras dicen: «Maldito todo el que es colgado de un madero».


Cristo aceptó como suyos nuestros pecados, y así fue a morir en la cruz. Lo hizo para que dejáramos de pecar y viviéramos para hacer el bien. Él fue herido como castigo, para que ustedes fueran sanados.