El ángel se acercó a ella y le dijo: ―¡Te saludo, tú que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo.
Hechos 10:35 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Al contrario, él ve con agrado a los que, en toda nación, le obedecen y actúan con justicia. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Biblia Nueva Traducción Viviente En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto. Biblia Católica (Latinoamericana) En toda nación mira con benevolencia al que teme a Dios y practica la justicia. La Biblia Textual 3a Edicion sino que de toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 sino que le es agradable todo el que, sea de la raza que fuere, le teme y practica la justicia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) sino que en toda nación, del que le teme y hace justicia, Él se agrada. |
El ángel se acercó a ella y le dijo: ―¡Te saludo, tú que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo.
Él y toda su familia amaban y obedecían a Dios. Cornelio ayudaba a los judíos pobres y oraba a Dios constantemente.
Entonces les habló así: ―Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que no debo rechazar a nadie ni llamarlo impuro.
Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por medio de la fe.
Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Cada día se hacía más fuerte, pues todos respetaban al Señor. El número de creyentes iba creciendo, y eran todos fortalecidos por el Espíritu Santo.
Pues Dios no considera justos a los que solo oyen la Ley, sino a los que la obedecen.
Sabemos que los no judíos no conocen la Ley. Pero ellos, por instinto, conocen lo que la Ley exige. Así que, ellos conocen por sí mismos lo que es bueno o malo aunque no tengan la Ley.
Dios declara como justos a todos los que creen en Jesucristo. De hecho, Dios no hace diferencia,
Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para formar un solo cuerpo —ya seamos judíos o no judíos, esclavos o libres—. A todos se nos hizo compartir un mismo Espíritu.
Queridos hermanos en la fe, ya que Dios nos ha hecho estas promesas, limpiemos nuestro cuerpo y espíritu de todo mal. Respetemos a Dios, porque así llegaremos a ser completamente santos.
Ya no importa si son judíos o griegos, esclavos o libres, hombres o mujeres, sino que todos ustedes son iguales gracias a Cristo Jesús.
y para que alabáramos su inmerecido y glorioso amor por nosotros. Amor que nos mostró por medio de su amado Hijo.
Si la circuncisión es la marca del pueblo de Dios, nosotros somos entonces el verdadero pueblo. Y lo somos porque por medio del Espíritu adoramos a Dios, y nos sentimos orgullosos de pertenecer a Cristo Jesús. No creemos que podamos ser salvos por medio del esfuerzo humano.
que han recibido. Esta buena noticia se está anunciando en todo el mundo y muchos la están aceptando. Así sucedió también con ustedes desde el día en que escucharon del amor inmerecido de Dios y lo aceptaron como verdad.
En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.
Ustedes reconocen que Jesucristo es justo. Entonces, también reconozcan que todo el que vive haciendo el bien es un hijo de Dios.