Ustedes, pues, son herederos de los profetas y del pacto que Dios estableció con nuestros antepasados. Así lo hizo cuando le dijo a Abraham: “Todos los pueblos del mundo serán bendecidos por medio de tu familia”.
Hebreos 7:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Melquisedec no era descendiente de Leví. Sin embargo, recibió los diezmos y bendijo a Abraham, a quien Dios le había dado las promesas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, Melquisedec, que no era descendiente de Leví, recibió de Abraham la décima parte. Y Melquisedec bendijo a Abraham, quien ya había recibido las promesas de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Y aquí Melquisedec, que no tiene nada que ver con los hijos de Leví, cobra de Abrahán el diezmo y después bendice a Abrahán, el hombre de las promesas de Dios;' La Biblia Textual 3a Edicion Pero el que no descendía de ellos, recibió° diezmos de Abraham, y bendijo° al que tenía las promesas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero, en cambio, es uno que no pertenece a su linaje es el que recibió de Abrahán el diezmo y bendijo al depositario de las promesas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Aquél cuya genealogía no es contada entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. |
Ustedes, pues, son herederos de los profetas y del pacto que Dios estableció con nuestros antepasados. Así lo hizo cuando le dijo a Abraham: “Todos los pueblos del mundo serán bendecidos por medio de tu familia”.
En efecto, Dios prometió que le daría el mundo a Abraham y a sus hijos. Pero él no se ganó esa promesa por obedecer la Ley, sino por creer en Dios. Por esa fe fue declarado justo.
Dios adoptó como hijos a los israelitas, y a ellos les mostró su gloria. Con ellos hizo pactos y les entregó la Ley. Les dio además promesas y el privilegio de adorarlo.
Ahora bien, las promesas se les hicieron a Abraham y a su hijo. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como refiriéndose a muchos, sino: «y a tu descendencia», dando a entender uno solo. Esa era una clara referencia a Cristo.
Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas. Pero, por la fe, las vieron y saludaron de lejos. Reconocieron que aquí en la tierra estaban de paso, como si fueran extranjeros y peregrinos.
Por la fe Abraham, puesto a prueba, se dispuso a ofrecer a Isaac en sacrificio. El que había recibido las promesas debía ofrecer a su hijo único,
Este Melquisedec era rey de Salén y sacerdote del Dios Altísimo. Cuando Abraham regresaba de derrotar a los reyes, Melquisedec le salió al encuentro y lo bendijo.
Nadie estará en contra si digo que la persona que bendice es superior a la que recibe la bendición.