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Hebreos 6:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

En cambio, hay terrenos que solo producen maleza, no valen nada. Son terrenos que están a punto de ser maldecidos, y acabarán por ser quemados. Así es la gente que deja de creer en Dios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En cambio, el campo que produce espinos y cardos no sirve para nada. El agricultor no tardará en maldecirlo y quemarlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

pero la que produce zarzas y espinas pierde su valor; un poco más y la maldicen, y terminarán por prenderle fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

pero la que produce espinas y abrojos es descalificada, y está cerca de maldición,° cuyo fin es ser quemada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

pero si produce espinas y cardos, es rechazada y expuesta a maldición y terminará por ser quemada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, y cercana a ser maldecida; y su fin es el ser quemada.

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Otras versiones



Hebreos 6:8
26 Referencias Cruzadas  

»Luego dirá a los que estén a su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


El hacha ya está puesta en la base de los árboles. Todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y echado al fuego.


Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.


«¡Nadie vuelva jamás a comer fruto de ti!», le dijo a la higuera. Y lo oyeron sus discípulos.


Pedro, acordándose, le dijo a Jesús: ―¡Maestro, mira, se ha secado la higuera que maldijiste!


El que no permanece en mí es desechado y se seca. Luego, esas ramas se recogen, se arrojan al fuego y se queman.


Solo nos queda una terrible espera de juicio. Es decir, el fuego ardiente que ha de devorar a los adversarios de Dios.


Después, como ya saben, cuando quiso heredar lo que corresponde al hijo mayor, fue rechazado. De nada sirvió su arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición de su herencia.


Todo aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era echado al lago de fuego.