La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Hebreos 11:19 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Es que Abraham creía que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos. Por eso, se podría decir que fue como si recobrara a Isaac de entre los muertos.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría, Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Abrahán pensó seguramente: Dios es capaz de resucitar a los muertos. Por eso recobró a su hijo, lo que tiene un sentido para nosotros.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también lo volvió a recibir.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

pues se hacía cuenta de que Dios tiene poder incluso para resucitar a alguien de entre los muertos. Por eso, en cierto sentido, de entre ellos recuperó a su hijo.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

pensando que aun de los muertos es Dios poderoso para levantar; de donde también le volvió a recibir por figura.

Ver Capítulo
Otras versiones



Hebreos 11:19
10 Referencias Cruzadas  

Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan pronunciado.


Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él les preguntó: ―¿Creen que puedo sanarlos? ―Sí, Señor —le respondieron.


Sin embargo, desde los días de Adán hasta los días de Moisés, la muerte reinó. Incluso los que no desobedecieron ninguna ley específica murieron. Así le pasó a Adán, quien ya nos dejaba ver cómo sería aquel que había de venir.


Alabemos a Dios, que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginar o pedir. Y su poder puede actuar eficazmente en nosotros.


En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, que era solo copia del verdadero santuario. Él entró en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro.


Esta es una enseñanza para nosotros hoy: las ofrendas y los sacrificios que allí se ofrecen no pueden hacer perfectos a ninguno de los que celebran ese culto.