Juan dio testimonio de él y a voz en cuello proclamó: «Este es aquel de quien yo decía: “El que viene después de mí es superior a mí, porque existía antes que yo”».
Hebreos 10:15 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) También el Espíritu Santo nos asegura que esto es cierto. Primero dice: Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Biblia Nueva Traducción Viviente Y el Espíritu Santo también da testimonio de que es verdad, pues dice: Biblia Católica (Latinoamericana) Nos lo declara el Espíritu Santo. Después de decir: La Biblia Textual 3a Edicion Y nos testifica también el Espíritu Santo, porque después de haber dicho: Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así lo testifica también el Espíritu Santo; porque, después de haber dicho: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el Espíritu Santo también nos da testimonio; porque después que había dicho: |
Juan dio testimonio de él y a voz en cuello proclamó: «Este es aquel de quien yo decía: “El que viene después de mí es superior a mí, porque existía antes que yo”».
»Yo les enviaré, de parte del Padre, al Consolador. Él es el Espíritu de verdad que procede del Padre. Cuando él venga, testificará acerca de mí.
No pudieron ponerse de acuerdo entre ellos. Y, cuando comenzaron a marcharse, Pablo solo dijo lo siguiente: «El Espíritu Santo tenía razón cuando les habló a sus antepasados. Por medio del profeta Isaías, les dijo:
Con esto el Espíritu Santo quiere darnos esta enseñanza: mientras el primer santuario aún exista como lugar de adoración, el paso hacia el Lugar Santísimo no está abierto a todos.
Pues los profetas nunca hablaron por su propia voluntad. Al contrario, los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo.
Entonces me arrodillé a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un servidor como tú y como los creyentes que se mantienen fieles al mensaje de Jesús. ¡Adora solo a Dios! El mensaje de Jesús se comparte con otros por medio del poder del Espíritu».
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte, es decir, jamás será separado de Dios.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido. Además, le daré una piedrecita blanca. En ella está escrito un nombre nuevo que solo conoce el que lo recibe.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida. Este árbol está en el paraíso de Dios.