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Gálatas 4:4 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero, cuando llegó la fecha indicada, Dios envió a su Hijo, quien nació de una mujer y bajo la autoridad de la Ley.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero, cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, que nació de mujer y fue sometido a la Ley,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero cuando vino la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo la ley,

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Otras versiones



Gálatas 4:4
44 Referencias Cruzadas  

«La virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).


―Hagámoslo como te digo, pues nos conviene cumplir con lo que es justo —le contestó Jesús. Entonces Juan aceptó.


»No piensen que he venido a eliminar las enseñanzas de la Ley o los Profetas; no he venido a eliminarlas, sino a cumplirlas.


«Se ha cumplido el tiempo —decía—. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean la buena noticia!».


Quedarás embarazada y tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.


Y el ángel le dijo: ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.


Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.


Si David lo llama “Señor”, ¿cómo puede entonces ser su hijo?».


Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, la gloria del Hijo único del Padre. Y estaba lleno de amor y de verdad.


Entonces, ¿por qué me acusan de ofender a mi Padre, quien me apartó para enviarme al mundo? ¿Tan solo porque dije: “Yo soy el Hijo de Dios”?


»Pues tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.


Pues he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió.


―Si Dios fuera su Padre —les contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió.


―No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—.


Habla de su Hijo que según la naturaleza humana era descendiente de David.


Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar que Dios es fiel y así confirmar las promesas hechas a los antepasados.


A la verdad, como no podíamos salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.


La Ley no pudo liberarnos, porque nuestro pecado eliminó su poder. Por eso Dios envió a su propio Hijo en un cuerpo semejante al de nosotros los pecadores. Lo envió para que se ofreciera en sacrificio por el pecado, y de esa manera le quitó al pecado su poder.


Ellos son el pueblo de nuestros antepasados. Cristo, como ser humano, nació de padres israelitas, pero él es Dios y gobierna sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.


Según ese plan, llegado el tiempo preciso, Dios pondría todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra, bajo la autoridad de Cristo.


Según la Ley, debíamos morir por nuestra desobediencia. Pero Dios eliminó esa deuda que teníamos pendiente en nuestra contra. La eliminó por medio de la muerte de Cristo en la cruz.


que dio su vida para salvarnos a todos. Dios, a su debido tiempo, nos demostró que desea salvarnos.


No hay duda de que son grandes las verdades de nuestra fe: Cristo se presentó como hombre; fue declarado justo por el Espíritu, visto por los ángeles, y anunciado entre las naciones. El mundo ha creído en él, y Dios lo recibió con gloria.


Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, Cristo también compartió esa naturaleza humana. Lo hizo para eliminar, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—.


Solo se trata de reglas externas relacionadas con alimentos, bebidas y muchas ceremonias de purificación. Esas reglas eran válidas solo hasta el tiempo señalado por Dios para cambiarlo todo.


Nosotros hemos visto que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo, y por eso lo anunciamos.


Hay una manera en la que pueden averiguar quién tiene el Espíritu de Dios: todo el que confiesa que Jesucristo ha venido como verdadero hombre es de Dios.