Ahora bien, ellos han oído que tú enseñas que todos los judíos que viven entre los que no son judíos no deben obedecer la Ley de Moisés. Les recomiendas que no circunciden a sus hijos ni vivan según nuestras costumbres.
Gálatas 4:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Hermanos en la fe, les ruego que vivan como yo, así como yo decidí ser como ustedes: libre de la Ley. No lo digo porque me hayan ofendido en algo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho. Biblia Nueva Traducción Viviente Amados hermanos, les ruego que vivan como yo, libres de esas cosas, pues yo llegué a ser como ustedes, los gentiles, libre de esas leyes. Ustedes no me trataron mal cuando les prediqué por primera vez. Biblia Católica (Latinoamericana) Les ruego, hermanos, que me imiten a mí como yo me hice semejante a ustedes. Siempre me han tratado bien. La Biblia Textual 3a Edicion Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo también soy como vosotros; no me hicisteis ningún agravio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Os lo suplico, hermanos: sed como yo, que también yo me hice como vosotros. En nada me habéis ofendido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Os ruego, hermanos, que seáis como yo; porque yo soy como vosotros: Ningún agravio me habéis hecho. |
Ahora bien, ellos han oído que tú enseñas que todos los judíos que viven entre los que no son judíos no deben obedecer la Ley de Moisés. Les recomiendas que no circunciden a sus hijos ni vivan según nuestras costumbres.
El que me causó tristeza no me la ha causado solo a mí. Hasta cierto punto se la ha causado a todos ustedes. Y digo hasta cierto punto, para no exagerar.
Hermanos de Corinto, les hemos hablado con toda franqueza. Les hemos abierto de par en par nuestro corazón.
Les hablo como si fueran mis hijos y les digo: ¡Abran también su corazón de par en par! Ámennos del mismo modo que nosotros a ustedes.
Pude ver que no actuaban correctamente, pues no era lo que enseñábamos con el mensaje de la buena noticia. Entonces le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los no judíos a practicar la religión judía?
Como bien saben, la primera vez que les prediqué la buena noticia fue debido a una enfermedad.
Pero yo jamás me sentiré orgulloso de otra cosa que no sea el mensaje de lo que nuestro Señor Jesucristo hizo en la cruz. Pues, gracias a él, la maldad de este mundo ya no me interesa, y yo no le intereso al mundo.
Hermanos en la fe, que el amor inmerecido de nuestro Señor Jesucristo llene la vida de cada uno de ustedes. Amén.