Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».
Gálatas 2:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Y es que, antes que llegaran algunos de parte de Santiago, Pedro acostumbraba comer con los no judíos. Sin embargo, cuando ellos llegaron, dejó de hacerlo y se separó de los no judíos. Les tenía miedo a los judíos que insistían en la necesidad de circuncidarse. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando llegó por primera vez, Pedro comía con los creyentes gentiles, quienes no estaban circuncidados; pero después, cuando llegaron algunos amigos de Santiago, Pedro no quiso comer más con esos gentiles. Tenía miedo a la crítica de los que insistían en la necesidad de la circuncisión. Biblia Católica (Latinoamericana) En efecto, antes de que vinieran algunos allegados de Santiago, comía con los hermanos de origen no judío; pero después de que llegaron éstos empezó a alejarse, y ya no se juntaba con ellos por temor al grupo judío. La Biblia Textual 3a Edicion Porque antes que vinieran algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero cuando vinieron, se retraía y se apartaba, teniendo temor de los de la circuncisión. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues, antes de que vinieran algunos de parte de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se retraía y apartaba por temor a los circuncisos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, él comía con los gentiles, mas cuando vinieron, se retraía y se apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión. |
Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».
Entonces les habló así: ―Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que no debo rechazar a nadie ni llamarlo impuro.
Con la mano Pedro les hizo señas de que se callaran, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. ―Cuéntenles esto a Santiago y a los otros creyentes —les dijo. Luego salió y se fue a otro lugar.
Pude ver que no actuaban correctamente, pues no era lo que enseñábamos con el mensaje de la buena noticia. Entonces le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los no judíos a practicar la religión judía?
En efecto, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados líderes importantes, reconocieron que Dios, aunque yo no lo merecía, me escogió. Entonces nos dieron la mano a Bernabé y a mí aceptándonos como compañeros. Y acordamos que nosotros iríamos a los no judíos y ellos a los judíos.
Así dejó sin valor los mandamientos y reglas de la Ley, para que unidos a él los dos pueblos seamos una nueva humanidad viviendo en paz.
Según ese plan, los no judíos, junto con Israel, tienen el derecho de recibir las ricas bendiciones de Dios. Son parte de un mismo pueblo y participan de las promesas de Dios. Todo eso, gracias a Cristo Jesús y por aceptar el mensaje de la buena noticia.