Gálatas 2:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Catorce años después subí de nuevo a Jerusalén, esta vez con Bernabé, llevando también a Tito. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego, catorce años más tarde, regresé a Jerusalén, esta vez con Bernabé; y Tito también vino. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de catorce años subí de nuevo a Jerusalén con Bernabé, llevando a Tito con nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalem° con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego, al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. |
Así lo hicieron, mandando su ofrenda a los líderes por medio de Bernabé y de Saulo.
Cuando Bernabé y Saulo cumplieron su misión, regresaron de Jerusalén. Llevaron con ellos a Juan, llamado también Marcos.
Mientras participaban en el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».
Pero los judíos hablaron con mujeres muy distinguidas y favorables al judaísmo. También hablaron con los hombres más importantes de la ciudad, y a todos los convencieron de ir en contra de Pablo y Bernabé. Así lograron echarlos fuera de la región.
A Bernabé lo llamaban Zeus y a Pablo, Hermes, porque era el que hablaba a la gente.
Así que de común acuerdo hemos decidido enviarles a algunos hombres. Ellos van acompañados de nuestros queridos hermanos Pablo y Bernabé.
¿O es que solo Bernabé y yo estamos obligados a ganarnos la vida con otros trabajos?
Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a Tito, mi hermano en la fe. Por eso me despedí de esa gente y me fui a Macedonia.
Gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma preocupación que yo tengo por ustedes.
Tito, por otra parte, es mi compañero y ayudante entre ustedes. En cuanto a los otros dos hermanos en la fe, les digo que son enviados de las iglesias y son gente que honra a Cristo.
Después de tres años, subí a Jerusalén para visitar a Pedro, y me quedé con él quince días.
Entonces los demás judíos hicieron lo mismo que Pedro, y hasta el mismo Bernabé se les unió. Esa conducta me pareció hipócrita.
Ahora bien, ni siquiera Tito, que me acompañaba, fue obligado a circuncidarse, aunque era griego.
En efecto, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados líderes importantes, reconocieron que Dios, aunque yo no lo merecía, me escogió. Entonces nos dieron la mano a Bernabé y a mí aceptándonos como compañeros. Y acordamos que nosotros iríamos a los no judíos y ellos a los judíos.
Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien.
Esta carta es para ti, Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos. Les pido a Dios el Padre y a Cristo Jesús nuestro Salvador que te permitan gozar de su inmerecido amor y de su paz.