Yo recibí del Señor esta enseñanza, y es la misma que les transmití a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan
Gálatas 1:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) No la recibí ni la aprendí de ninguna persona, sino que Jesucristo me la reveló. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Biblia Nueva Traducción Viviente No recibí mi mensaje de ninguna fuente humana ni nadie me lo enseñó. En cambio, lo recibí por revelación directa de Jesucristo. Biblia Católica (Latinoamericana) No lo he recibido de un hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por una revelación de Cristo Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre, sino por revelación de Jesús el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) pues yo ni lo recibí de hombre, ni tampoco me fue enseñado, sino por revelación de Jesucristo. |
Yo recibí del Señor esta enseñanza, y es la misma que les transmití a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan
Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu. Pues el Espíritu lo examina todo, hasta los secretos más profundos de Dios.
Ustedes se dejan guiar por lo que ven. Si alguno está convencido de ser de Cristo, piénselo bien, pues nosotros también somos de Cristo.
Me veo obligado a hablar bien de mí mismo, aunque nada se gane con ello. Les contaré de las visiones y revelaciones que el Señor me ha dado.
Los saluda Pablo. Soy apóstol porque Jesucristo y Dios Padre así lo quisieron. Dios hizo que Jesucristo resucitara de entre los muertos. Así que ningún ser humano me nombró apóstol, sino él.
me reveló a su Hijo para que yo hablara de él entre los no judíos. Cuando él me llamó no le pedí a nadie su opinión.
Fui porque Dios me había mostrado que debía hacerlo. Allí me reuní en privado con los que eran reconocidos como dirigentes. Entonces les expliqué el mensaje de la buena noticia, el cual predico entre los que no son judíos. Quería contarles lo que hacía, para que todo mi esfuerzo no fuera inútil.
Ese plan lo mantenía en secreto, pero me lo dio a conocer a mí. Ya les he escrito brevemente acerca de ese plan.
Así nos lo enseñó el Señor. Por eso afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, nos reuniremos con él. Pero no lo haremos antes de los que hayan muerto.