Enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
Filipenses 4:20 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Toda la gloria sea a Dios nuestro Padre por siempre y para siempre! Amén. Biblia Católica (Latinoamericana) Gloria a Dios, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Amén. La Biblia Textual 3a Edicion Y al Dios y Padre nuestro sea la gloria, por los siglos de los siglos, amén. Biblia Serafín de Ausejo 1975 A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al Dios y Padre nuestro sea gloria por siempre jamás. Amén. |
Enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
»Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Pues todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
¡Al único sabio Dios sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén.
¡Que toda la iglesia, a través de los tiempos, dé gloria a Dios, por medio de Cristo Jesús, por los siglos de los siglos! Amén.
Gracias a Jesucristo, ustedes podrán hacer lo bueno y correcto, para que todos den gloria y alabanza a Dios.
Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Él es el único Dios, el cual nos salvó por medio de nuestro Señor Jesucristo. A él sea la gloria, la grandeza, el poder y la autoridad, antes, ahora y para siempre. Amén.
Él ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre. ¡A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.
En ese mismo instante se produjo un violento terremoto. Por causa de este terremoto se derrumbó la décima parte de la ciudad y murieron siete mil personas. Los sobrevivientes, llenos de miedo, dieron gloria al Dios del cielo.
Este ángel decía con fuerte voz: «Respeten a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales».
Cantaban con todas sus fuerzas: «¡El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría; la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!».
diciendo: «¡Amén! La alabanza, la gloria, la sabiduría, la gratitud, la honra, el poder y la fortaleza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!».