»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Limpian el vaso y el plato por fuera. Sin embargo, por dentro están llenos de robo y les falta dominio propio.
Filipenses 3:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Si de entusiasmo hablamos, fui perseguidor de la iglesia. Al cumplir la justicia que la Ley exige, lo hice de manera perfecta. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. Biblia Nueva Traducción Viviente Era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra. Biblia Católica (Latinoamericana) y convencido, como lo demostré persiguiendo a la Iglesia; y en cuanto a ser justo según la Ley, fui un hombre irreprochable. La Biblia Textual 3a Edicion en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia;° en cuanto a la justicia que hay en la ley, irreprensible. Biblia Serafín de Ausejo 1975 en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia que hay en la ley, tenido por irreprensible. Biblia Reina Valera Gómez (2023) en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. |
»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Limpian el vaso y el plato por fuera. Sin embargo, por dentro están llenos de robo y les falta dominio propio.
Por tanto, les digo a ustedes que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su conducta sea mejor que la de los fariseos y de los maestros de la Ley.
Ambos tenían una conducta recta delante de Dios. Obedecían todas las instrucciones y mandamientos del Señor.
Al oírlo, alabaron a Dios. Luego le dijeron a Pablo: «Amigo, ya viste cuántos miles de judíos han creído. Y todos ellos siguen obedeciendo a la Ley.
De esto son testigos el sumo sacerdote y todos los líderes del tribunal. Ellos incluso me dieron cartas de autorización para que nuestros amigos judíos de Damasco me ayudaran. Y fui allá con el fin de traer presos a Jerusalén a los creyentes que encontrara, para que fueran castigados.
Ellos me conocen desde hace mucho tiempo. Así que pueden decir aquí, si quieren, que viví como fariseo. Los fariseos son el grupo más estricto de nuestra religión.
Saulo, por su parte, causaba problemas a la iglesia. Iba de casa en casa, arrastraba fuera a hombres y mujeres, y los metía en la cárcel.
En otro tiempo, cuando yo no conocía la Ley, me sentía con vida. Pero, cuando conocí los mandamientos, el pecado cobró vida y supe entonces que merecía morir.
Así que no hagan algo que pueda hacer que alguien se aleje de Dios. Respeten a judíos y a no judíos; respeten a todos los de la iglesia de Dios.
Creo que soy el más insignificante de los apóstoles. Y ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
De ese modo nadie podrá acusarlos de falta alguna, pues no encontrarán de qué culparlos. Recuerden que son hijos de Dios y nadie en este mundo malvado y pecador podrá culparlos de nada. En este mundo ustedes brillan como estrellas en el cielo,
Quiero estar unido a él, pero eso no lo ganaré tratando de ser justo por mi obediencia a la Ley. Solo se gana al creer en Cristo, pues, por medio de él, Dios nos acepta como justos. Él nos acepta por medio de la fe.
Anteriormente, yo ofendía a Dios, perseguía a los creyentes y los insultaba. Pero Dios fue bueno conmigo, porque en ese momento yo era incrédulo y actuaba por ignorancia.