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Filipenses 2:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Él era igual a Dios, pero no consideró eso como algo importante.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada,

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La Biblia Textual 3a Edicion

el cual, existiendo en forma de Dios, no quiso por usurpación° ser igual con Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

el cual, siendo de condición divina, no se encastilló en ser igual a Dios,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación el ser igual a Dios;

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Otras versiones



Filipenses 2:6
37 Referencias Cruzadas  

«La virgen quedará embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).


A Dios nadie lo ha visto nunca. El Hijo único, que es Dios, nos lo ha dado a conocer, pues vive en unión íntima con el Padre.


Ellos respondieron: ―No te apedreamos por ninguna de ellas, sino por ofender a Dios. Pues tú, siendo hombre, te haces pasar por Dios.


Pero, si las hago, aunque no me crean a mí, crean a mis obras. Así sabrán y entenderán que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.


»Ya me han oído decirles: “Me voy, pero vuelvo a ustedes”. Si me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, porque el Padre es más grande que yo.


Jesús le contestó: ―¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: “Muéstranos al Padre”?


Y ahora, Padre, dame la gloria en tu presencia, como la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.


―¡Señor mío y Dios mío! —dijo Tomás.


Así que los judíos se esforzaban aún más para matarlo. Querían matarlo porque no respetaba el sábado y decía que Dios era su Padre. Y es que, al decir eso, él daba a entender que era igual a Dios.


Así lo hizo para que todos honren al Hijo como lo honran a él. El que se niega a honrar al Hijo no honra al Padre que lo envió.


Ellos son el pueblo de nuestros antepasados. Cristo, como ser humano, nació de padres israelitas, pero él es Dios y gobierna sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.


El dios de este mundo ha impedido que los que no creen entiendan esto. Lo hace para que no entiendan cuán maravilloso es el mensaje de Cristo, quien nos muestra cómo es Dios.


Ya conocen el gran amor que les tiene nuestro Señor Jesucristo. No lo merecían, pero él, aunque era rico, se hizo pobre para ayudarlos. Lo hizo para que, por medio de su pobreza, ustedes llegaran a ser ricos.


Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.


No hay duda de que son grandes las verdades de nuestra fe: Cristo se presentó como hombre; fue declarado justo por el Espíritu, visto por los ángeles, y anunciado entre las naciones. El mundo ha creído en él, y Dios lo recibió con gloria.


Viviremos de esa manera mientras esperamos que se cumpla la bendita promesa en la cual confiamos, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


El Hijo refleja el brillo de la gloria de Dios. Es la fiel imagen de lo que Dios es. Él es quien mantiene el universo en existencia, por medio del poder de su palabra. Después de morir para perdonarnos nuestros pecados, subió al cielo y se sentó a la derecha del trono majestuoso de Dios.


Además, cuando Dios envió a su Hijo primogénito al mundo, dijo: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios».


Pero, cuando habla del Hijo, dice: «Tu trono, oh Dios, permanece para siempre, y tu gobierno es un reino de justicia.


Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.


También me dijo: «Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.