Pero tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y ¡cuánta angustia siento hasta que se cumpla!
Filipenses 1:23 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Es difícil elegir entre esas dos cosas. Deseo irme y estar con Cristo, que es muchísimo mejor. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; Biblia Nueva Traducción Viviente Estoy dividido entre dos deseos: quisiera partir y estar con Cristo, lo cual sería mucho mejor para mí; Biblia Católica (Latinoamericana) Estoy apretado por los dos lados: por una parte siento gran deseo de largarme y estar con Cristo, lo que sería sin duda mucho mejor. La Biblia Textual 3a Edicion pues de ambos lados estoy constreñido, teniendo el anhelo de partir° y estar con el Mesías, que es muchísimo mejor, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Me encuentro en esta disyuntiva: por una parte, aspiro a irme y estar con Cristo, lo que, sin duda, sería lo mejor; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; |
Pero tengo que pasar por la prueba de un bautismo, y ¡cuánta angustia siento hasta que se cumpla!
Ahora bien, el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo, pero Jesús lo despidió y le dijo:
Quien quiera servirme debe seguirme. Donde yo esté, allí también estará mi siervo. Al que me sirva, mi Padre lo honrará.
Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Y, si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.
»Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean la gloria que me diste porque me has amado desde antes de la creación del mundo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba. ―Señor Jesús —decía—, recibe mi espíritu.
Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos dejar ya este cuerpo y vivir junto al Señor.
Hermanos en la fe, bien saben que nuestra visita a ustedes no fue un fracaso.
Así que no dejamos de dar gracias a Dios. Pues, cuando ustedes oyeron el mensaje de Dios que les predicamos, lo aceptaron. Lo aceptaron no como un mensaje de parte de alguna persona, sino como lo que realmente es, un mensaje de Dios. Ese mensaje cambió la vida de ustedes, los que creen.
Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos tomados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.
Yo, por mi parte, ya estoy a punto de morir. El tiempo de mi muerte ha llegado, y será una ofrenda para Dios.
Entonces oí una voz del cielo que decía: «Escribe: Dichosos los que de ahora en adelante mueren siendo fieles al Señor». «Sí —dice el Espíritu—, ellos descansarán de su duro trabajo, pues Dios ha visto todo el bien que hacen».