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Efesios 4:30 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

No hagan que el Espíritu Santo de Dios se ponga triste por su mala conducta. Pues el Espíritu es como un sello que ustedes llevan en su cuerpo. Con ese sello serán reconocidos como propiedad de Dios cuando llegue el día de su salvación final.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No entristezcan al Espíritu santo de Dios; éste es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el que serán reconocidos en el día de la salvación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y no disgustéis al Espíritu Santo de Dios, en el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.

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Otras versiones



Efesios 4:30
23 Referencias Cruzadas  

Jesús se les quedó mirando. Estaba enojado y entristecido por su falta de compasión, y le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Así que la extendió, y la mano le quedó curada.


Cuando comiencen a suceder estas cosas, cobren ánimo. Levanten la cabeza, porque se acerca su liberación».


El que lo recibe deja en claro que Dios dice la verdad.


»¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!


Y, si el Espíritu de Dios, que levantó a Cristo de entre los muertos, vive en ustedes, él también les dará vida a sus cuerpos muertos. Lo hará por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.


Y no solo ella, nosotros también sufrimos y nos quejamos. Esperamos nuestra total liberación de nuestro cuerpo, y que así nuestra adopción como hijos sea completa. Pero, mientras tanto, sufrimos. Y sufrimos aunque tenemos al Espíritu, que nos fue dado como adelanto de todo lo que vamos a recibir.


Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, y esa unión los hizo sabios. Porque quien está unido a Cristo es declarado justo, es parte del pueblo de Dios y es liberado del pecado.


Cuando los cuerpos que se mueren y descomponen se transformen en cuerpos que no se descomponen y nunca mueren, entonces se cumplirá lo que dicen las Escrituras: «La muerte ha sido derrotada; de Dios es la victoria».


No dejen que el Espíritu se apague en ustedes,


¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece el que ha despreciado al Hijo de Dios? ¿Qué castigo recibirá el que ha rechazado la sangre de Cristo? Pues esa sangre es la del pacto por medio del cual había sido elegido por Dios. Quien así actúa ha insultado al Espíritu de Dios, quien nos ama, aunque no lo merezcamos.


Por eso me enojé con aquella gente, y dije: “Es un pueblo desobediente, que no quiere seguir mis caminos”.


¿Y con quiénes se enojó Dios durante cuarenta años? Pues con los que pecaron, los cuales cayeron muertos en el desierto.