Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han tapado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se arrepentirían, y yo los sanaría”.
Efesios 4:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Tienen una mente que no los deja pensar con claridad. Además rechazan la vida que Dios ofrece, pues son ignorantes y tercos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; Biblia Nueva Traducción Viviente Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él. Biblia Católica (Latinoamericana) Su inteligencia está en tinieblas; la ignorancia en que se quedan, así como su conciencia ciega, los mantienen muy lejos de la vida de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion teniendo el entendimiento entenebrecido, totalmente ajenos a la vida de Dios a causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón; Biblia Serafín de Ausejo 1975 que están entenebrecidos en su pensamiento, ajenos a la vida de Dios a causa de la ignorancia que hay en ellos, derivada del endurecimiento de su corazón; Biblia Reina Valera Gómez (2023) teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; |
Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han tapado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se arrepentirían, y yo los sanaría”.
Jesús se les quedó mirando. Estaba enojado y entristecido por su falta de compasión, y le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Así que la extendió, y la mano le quedó curada.
«Les ha cegado los ojos y endurecido el corazón; para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón; para que no se arrepientan, y yo los sane».
Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia. Sin embargo, ahora manda que todos, en todas partes, se arrepientan.
»Ahora bien, amigos israelitas, yo sé que ustedes y sus dirigentes actuaron así por ignorancia.
Además, pensaron que no valía la pena reconocer a Dios. Por eso, él los ha dejado hacer todo lo que su malvada mente los llevara a hacer. Así que, han hecho lo que no debían hacer.
Hermanos en la fe, quiero que entiendan este misterio, para que no se vuelvan orgullosos. Una parte del pueblo de Israel no quiere creer, y así seguirá hasta que todos los no judíos que crean pasen a formar parte del pueblo de Dios.
¿A qué conclusión llegamos? Pues que Israel no consiguió lo que tanto deseaba, pero sí lo consiguieron los elegidos. Los demás fueron muy tercos,
Estás convencido de ser un guía para los que no entienden, te crees una luz en la oscuridad.
Dios es sabio, y por eso no quiso que el mundo lo conociera mediante la sabiduría humana. En cambio, decidió salvar a los que creen, por medio de la predicación de un mensaje que parece locura.
Ninguno de los gobernantes de este mundo entendió este plan, porque de haberlo entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Sin embargo, hasta el día de hoy, su mente tiene una barrera que no los deja entender. Cada vez que leen el antiguo pacto, esa barrera les sigue impidiendo entender la verdad. Solo Cristo puede quitarles esa barrera.
El dios de este mundo ha impedido que los que no creen entiendan esto. Lo hace para que no entiendan cuán maravilloso es el mensaje de Cristo, quien nos muestra cómo es Dios.
Recuerden que ustedes estaban separados de Cristo, no eran parte del pueblo de Israel. Tampoco les fueron dados los pactos y la promesa. En este mundo ustedes vivían sin esperanza y sin Dios.
En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos.
Dios quiere que no se dejen llevar por los malos deseos, como hacen los que no creen en él ni lo conocen.
Pero él mismo es débil como cualquier ser humano. Por eso puede tratar con paciencia a los ignorantes y desobedientes.
Pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote. Y lo hace solo una vez al año, con un recipiente lleno de la sangre de los animales sacrificados. Esta sangre la ofrece a Dios para pedir perdón por sus propios pecados y por los del pueblo; pecados cometidos sin darse cuenta.
¡Ustedes no aman a Dios! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios.
Cuando ustedes vivían en la ignorancia, se dejaban controlar por sus malos deseos. Pero ahora, como hijos obedientes, no deben vivir así.
Pero el que odia a su hermano está viviendo en la oscuridad de su pecado. Su pecado no le permite ver lo que está haciendo.