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Efesios 4:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

A ellos les encargó preparar a los creyentes para servir a Dios y fortalecer la fe de la iglesia de Cristo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ellos tienen la responsabilidad de preparar al pueblo de Dios para que lleve a cabo la obra de Dios y edifique la iglesia, es decir, el cuerpo de Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Así prepara a los suyos para las obras del ministerio en vista de la construcción del cuerpo de Cristo;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

a fin de adiestrar° a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

a fin de organizar al pueblo santo para las funciones del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;

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Otras versiones



Efesios 4:12
45 Referencias Cruzadas  

Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos».


Judas se contaba entre los nuestros y participaba en este ministerio.


Él se encargará del trabajo que como apóstol Judas dejó para irse al lugar que le correspondía».


Cuando él llegó y vio las evidencias de la bondad de Dios, se alegró. Entonces animó a todos a seguir firmes en la obediencia al Señor.


Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo. Lo que me importa es terminar la tarea que me dio el Señor Jesús. Quiero cumplir mi misión: anunciar el mensaje de la buena noticia del inmerecido amor de Dios.


Cuiden de ustedes mismos y de todos aquellos que Dios ha salvado con su propia sangre. El Espíritu Santo los ha puesto a ustedes para cuidar de la iglesia. Así que ustedes son como pastores al cuidado de un rebaño de ovejas.


Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Cada día se hacía más fuerte, pues todos respetaban al Señor. El número de creyentes iba creciendo, y eran todos fortalecidos por el Espíritu Santo.


Así también nosotros, aunque somos muchos, formamos una unidad gracias a Cristo. Y cada uno de nosotros está unido a todos los demás.


Si te dio capacidad para servir, sirve a los demás. Si te dio la capacidad para enseñar, enseña;


Por lo tanto, esforcémonos en hacer todo lo que conduzca a la paz y que nos ayude a vivir como Dios manda.


Por mi parte, hermanos en la fe, estoy seguro de que ustedes mismos están llenos de bondad. Ustedes tienen conocimiento y están capacitados para enseñarse unos a otros.


Cada uno debe agradar al otro en aquello que es para su bien y que lo ayudará a fortalecer su fe.


Sé que, cuando los visite, iré con la abundante bendición de Cristo.


Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es parte de ese cuerpo.


A cada uno se le da una capacidad especial del Espíritu para el bien de los demás.


Por eso les digo que, si desean tanto tener dones del Espíritu, pidan dones que ayuden en gran manera a la iglesia, para que la fe de todos sea firme.


Pues, si yo oro en lenguas extrañas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento no se beneficia en nada.


¿A qué conclusión llegamos, hermanos en la fe? Que, cuando se reúnan, uno de ustedes puede cantar y otro dar una enseñanza. Otro comunicará lo que Dios le haya mostrado, otro hablará en lenguas extrañas y otro traducirá lo que se dijo. Todo esto debe hacerse para que la iglesia tenga una fe firme.


A lo mejor están pensando que ahora nos estamos disculpando. ¡Dios es testigo de que no es así, porque nosotros pertenecemos a Cristo! Todo lo que hacemos, queridos hermanos en la fe, es para que su fe sea cada vez más fuerte.


En fin, hermanos en la fe, alégrense, traten de que su fe sea cada vez más fuerte. Hagan caso de mi consejo, traten de estar de acuerdo en todo, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.


De hecho, nos alegramos cuando nosotros somos débiles y ustedes, fuertes. También oramos a Dios para que sean completamente fortalecidos.


Pues, si aquella entrega fue tan gloriosa, ¿no será todavía más gloriosa la entrega de la vida que el Espíritu nos da?


Por esto, ya que por la misericordia de Dios se nos permite servirle, no nos desanimamos.


Todo esto lo ha hecho Dios. Él nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dio la tarea de anunciar este mensaje de reconciliación.


Por nuestra parte, a nadie le damos un mal ejemplo. No queremos que critiquen nuestro trabajo y así encuentren motivos para dejar de creer.


Queridos hermanos en la fe, ya que Dios nos ha hecho estas promesas, limpiemos nuestro cuerpo y espíritu de todo mal. Respetemos a Dios, porque así llegaremos a ser completamente santos.


Y, al igual que el cuerpo no está completo sin la cabeza, la iglesia no está completa sin Cristo. Porque él es quien hace que todo sea completo.


Él hace que todos en la iglesia estén unidos. Los une por medio del trabajo que cada uno hace para que todos tengan una fe fuerte y se amen cada vez más.


Eviten decir cosas que ofendan a los demás. Por el contrario, que sus palabras sean de utilidad para fortalecer la fe de los que escuchan.


Deben estar unidos como si fueran un solo cuerpo, pues solo hay un Espíritu. Ustedes fueron llamados por Dios a confiar en un solo camino de salvación.


Ahora, aunque sufro por ustedes, me alegro. Pues así voy completando en mí mismo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por su iglesia, que es su cuerpo.


Es por eso que hablamos de Cristo a todos, y les damos consejos y enseñamos con toda sabiduría. Lo hacemos para presentarlos delante de Dios como creyentes maduros gracias a Cristo.


Díganle a Arquipo que se ocupe de la tarea que el Señor le encargó, y que la termine.


Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio.


Solo Lucas está conmigo. Busca a Marcos y tráelo contigo, para que me ayude en mi trabajo.


Tú, por el contrario, sé inteligente en todo momento, soporta los sufrimientos y dedícate a anunciar la buena noticia de salvación. Cumple con los deberes del trabajo que Dios te dio.


Obedezcan a sus dirigentes, respeten sus órdenes. Pues ellos cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas. Obedézcanlos para que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse. Si ellos tienen que realizar su tarea quejándose, eso no es provechoso para ustedes.


Por eso, dejemos a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, y avancemos hacia la madurez. No volvamos a verdades elementales, tales como la necesidad de arrepentirse de cosas que llevan a la muerte eterna, para luego creer en Dios.