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Efesios 2:16 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

De ese modo, Cristo nos reconcilió con Dios. Nos presentó a ambos pueblos como uno solo, pues, gracias a su sacrificio en la cruz, dio muerte a nuestra enemistad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cristo reconcilió a ambos grupos con Dios en un solo cuerpo por medio de su muerte en la cruz, y la hostilidad que había entre nosotros quedó destruida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Destruyó el odio en la cruz y, habiendo reunido a los dos pueblos, los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo° por medio de la cruz, matando en ella la enemistad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y para conciliar con Dios a unos y a otros, en un solo cuerpo, por medio de la cruz, matando en ella la enemistad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y reconciliar con Dios a ambos en un cuerpo mediante la cruz, matando en sí mismo las enemistades.

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Otras versiones



Efesios 2:16
14 Referencias Cruzadas  

Cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo. Entonces, ¡con mucha más razón seremos salvados ahora que él vive!


Sabemos que nuestra vieja manera de ser fue crucificada con él, para que el pecado que dominaba nuestro cuerpo perdiera su poder. De este modo ya no seguimos siendo esclavos del pecado,


La Ley no pudo liberarnos, porque nuestro pecado eliminó su poder. Por eso Dios envió a su propio Hijo en un cuerpo semejante al de nosotros los pecadores. Lo envió para que se ofreciera en sacrificio por el pecado, y de esa manera le quitó al pecado su poder.


Los que tienen una mente controlada por el pecado son enemigos de Dios. No obedecen la Ley de Dios, porque no son capaces de hacerlo.


Hay un solo pan del cual todos participamos. Por eso, aunque somos muchos, estamos unidos, como si formáramos un solo cuerpo.


Lo que yo era antes fue crucificado con Cristo, y ya no soy esa persona, sino que Cristo vive en mí. Ahora vivo en este cuerpo confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.


Así dejó sin valor los mandamientos y reglas de la Ley, para que unidos a él los dos pueblos seamos una nueva humanidad viviendo en paz.


Según ese plan, los no judíos, junto con Israel, tienen el derecho de recibir las ricas bendiciones de Dios. Son parte de un mismo pueblo y participan de las promesas de Dios. Todo eso, gracias a Cristo Jesús y por aceptar el mensaje de la buena noticia.


Deben estar unidos como si fueran un solo cuerpo, pues solo hay un Espíritu. Ustedes fueron llamados por Dios a confiar en un solo camino de salvación.


Según la Ley, debíamos morir por nuestra desobediencia. Pero Dios eliminó esa deuda que teníamos pendiente en nuestra contra. La eliminó por medio de la muerte de Cristo en la cruz.


Que la paz que Cristo da domine sus pensamientos, pues Dios los llamó a vivir unidos y en paz. Y sean agradecidos.