Él les respondió: ―A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos, no.
Colosenses 4:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Oren además por nosotros para que Dios nos abra la oportunidad de anunciar el mensaje del plan que Dios mantenía en secreto, que es Cristo, y por el cual estoy preso. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, Biblia Nueva Traducción Viviente Oren también por nosotros, para que Dios nos dé muchas oportunidades para hablar de su misterioso plan acerca de Cristo. Por eso estoy aquí en cadenas. Biblia Católica (Latinoamericana) oren también por nosotros, para que Dios nos dé palabras y pueda yo anunciar el misterio de Cristo. Por ese misterio estoy
atado con cadenas;' La Biblia Textual 3a Edicion orando al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios° nos abra puerta para la Palabra, a fin de hablar el misterio del Mesías, por el cual también estoy encadenado; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Rogad también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta a la palabra y así poder anunciar el misterio de Cristo por cuya causa estoy en cadenas, Biblia Reina Valera Gómez (2023) orando juntamente también por nosotros, que Dios nos abra la puerta de la palabra, para que hablemos el misterio de Cristo, por el cual estoy también preso; |
Él les respondió: ―A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos, no.
Cuando llegaron, reunieron a la iglesia y le informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. Les contaron cómo Dios había abierto la puerta de la fe a los no judíos.
El Dios eterno ocultó su plan durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado en los libros de los Profetas. Así lo había ordenado él, para que todas las naciones crean y obedezcan al Señor. La buena noticia que a todos anuncio y lo que enseño acerca de Cristo puede fortalecer su fe, para que nunca dejen de creer en él.
Allí hay muchos en mi contra. Sin embargo, se me ha presentado allí una gran oportunidad para servir a Dios y obtener buenos resultados.
Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de enseñar el plan que Dios mantenía en secreto.
Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el mensaje de la buena noticia de Cristo, descubrí que el Señor me había dado una gran oportunidad.
Yo, Pablo, estoy preso por anunciar el mensaje de Cristo Jesús, y lo he hecho por el bien de ustedes los no judíos.
Ese plan lo mantenía en secreto, pero me lo dio a conocer a mí. Ya les he escrito brevemente acerca de ese plan.
Al leer esto, podrán darse cuenta de que comprendo bien ese plan que Dios cumpliría por medio de Cristo.
También me encargó explicarles cómo es que Dios, el creador de todas las cosas, cumple su plan, el cual mantuvo en secreto muchísimo tiempo.
Por eso yo, que estoy preso por servir al Señor, les ruego que se porten bien, como gente que Dios ha llamado a ser parte de su pueblo.
Pues yo sé que, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo, todo esto resultará en mi liberación.
Y está bien que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón. Dios me dio el inmerecido privilegio de anunciar la buena noticia, y ustedes me han ayudado a hacerlo. Lo han hecho mientras he estado en la cárcel o he tenido que defender y confirmar la buena noticia.
Me ha dado la tarea de anunciar el plan que mantenía en secreto por muchos siglos, pero que ahora se ha revelado a su pueblo santo.
Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Recuerden que estoy preso. Que el amor inmerecido de Dios llene sus vidas.
Le pido al Señor que trate con bondad a la familia de Onesíforo, porque muchas veces me dio ánimo y no se avergonzó de que yo estuviera preso.
por la que sufro en gran manera, hasta el punto de llevar cadenas como un criminal. Pero la palabra de Dios no está encadenada.
Predica el mensaje de Dios, nunca dejes de hacerlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Corrige, reprende y anima con mucha paciencia a todos, sin dejar de enseñar.
Además de eso, prepárame alojamiento, porque espero que Dios les conceda el tenerme otra vez con ustedes en respuesta a sus oraciones.