»Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.
Apocalipsis 8:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Y vi a los siete ángeles de pie delante de Dios. Entonces, les dieron siete trompetas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. Biblia Nueva Traducción Viviente Vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios, a los cuales se les dieron siete trompetas. Biblia Católica (Latinoamericana) Luego vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios; se les entregaron siete trompetas. La Biblia Textual 3a Edicion Y vi a los siete ángeles que están en pie delante de Dios, y les fueron dadas siete trompetas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vi a los siete ángeles que están de pie ante Dios. Les dieron siete trompetas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vi los siete ángeles que estaban en pie delante de Dios; y les fueron dadas siete trompetas. |
»Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial.
Y al sonido de la gran trompeta mandará a sus ángeles, y reunirán a mis seguidores de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.
―Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes de Dios —le contestó el ángel—. He sido enviado para hablar contigo y darte estas buenas noticias.
Manténganse despiertos. Oren para que puedan escapar de todo lo que está por suceder y puedan presentarse delante del Hijo del hombre».
En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando al final suene la trompeta, los muertos resucitarán con un cuerpo que nunca morirá, y los que estemos vivos seremos transformados.
El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando y con voz de arcángel. Dios hará sonar la trompeta anunciando su venida, y los que hayan muerto creyendo en Cristo resucitarán primero.
Los saluda Juan. Escribo este libro a las siete iglesias que están en la provincia de Asia. Le pido a Dios, quien es, era y vendrá, que los llene de su amor inmerecido y de su paz. Lo mismo pido a los siete espíritus que están delante de su trono
El séptimo ángel tocó su trompeta. Entonces en el cielo se escucharon fuertes voces que decían: «El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de su Cristo. Él reinará para siempre».
Vi en el cielo algo grande y maravilloso: siete ángeles con los últimos siete castigos. Después de estos castigos el enojo de Dios llegaría a su fin.
Oí una fuerte voz que desde el templo decía a los siete ángeles: «¡Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas del enojo de Dios!».
Seguí observando, y oí un águila que volaba en medio del cielo y gritaba fuertemente: «¡Ay! ¡Ay! ¡Ay de los habitantes de la tierra cuando suenen las tres últimas trompetas! ¡Ya los últimos tres ángeles están a punto de tocarlas!».
Los siete ángeles que tenían las siete trompetas estaban listos para tocarlas.
El quinto ángel tocó su trompeta. Vi que una estrella había caído del cielo a la tierra. A esta estrella se le entregó la llave del pozo del abismo.