Asegúrense de que nadie deje de alcanzar el amor inmerecido de Dios. No causen dificultades a nadie, no sean como una raíz amarga que envenena a muchos.
Apocalipsis 8:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) La estrella se llamaba Amargura. Y la tercera parte de las aguas se volvió amarga. Por causa de esas aguas murió mucha gente. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. Biblia Nueva Traducción Viviente El nombre de la estrella era Amargura. Hizo que la tercera parte de las aguas se volviera amarga, y mucha gente murió por beber de esa agua amarga. Biblia Católica (Latinoamericana) La estrella se llama Ajenjo: la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió a causa de las aguas que se habían vuelto amargas. La Biblia Textual 3a Edicion El nombre de la estrella es llamado: el Ajenjo; y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos de los hombres murieron a causa de las aguas, porque se volvieron amargas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El nombre de la estrella es 'Ajenjo'. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo y muchos hombres murieron a causa del agua, porque se había vuelto amarga. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas fue tornada en ajenjo; y muchos hombres murieron por las aguas, porque fueron hechas amargas. |
Asegúrense de que nadie deje de alcanzar el amor inmerecido de Dios. No causen dificultades a nadie, no sean como una raíz amarga que envenena a muchos.
Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. La mujer estaba ya a punto de tener a su hijo. Entonces el dragón se plantó delante de ella para comerse a su hijo tan pronto naciera.
El primer ángel tocó su trompeta. Entonces fueron echados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.
Esos cuatro ángeles habían sido preparados precisamente para esa hora, ese día, mes y año. Así que quedaron sueltos para matar a la tercera parte de la humanidad.
La tercera parte de la humanidad murió a causa de estos tres castigos: el fuego, el humo y el azufre que salían de la boca de los caballos.