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Apocalipsis 8:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, hubo silencio en el cielo como por media hora.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando el Cordero rompió el séptimo sello del rollo, hubo silencio por todo el cielo durante una media hora.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se produjo en el Cielo un silencio como de media hora.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando abrió el séptimo sello, hubo un silencio en el cielo como de media hora.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando abrió el séptimo sello, fue hecho silencio en el cielo como por media hora.

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Otras versiones



Apocalipsis 8:1
14 Referencias Cruzadas  

Así que ellos fueron, cerraron la tumba con una piedra y la sellaron; y dejaron puesta la guardia.


Vi que el que estaba sentado en el trono tenía un rollo de pergamino en su mano derecha. Este rollo estaba escrito por ambos lados. Además, tenía siete sellos que impedían que alguien lo abriera.


Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado. Con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, idioma, pueblo y nación.


Vi cuando el Cordero rompió el primero de los siete sellos. Entonces oí a uno de los cuatro seres vivientes, que decía con una voz fuerte como de trueno: «¡Ven!».


Vi que el Cordero rompió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto. El sol se oscureció como si se hubiera vestido de luto. La luna entera se volvió roja como la sangre.


Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: «¡Ven!».


Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes, que decía: «¡Ven!». Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano.


Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: «¡Ven!».


El Cordero rompió el quinto sello. Entonces vi a los que habían muerto por anunciar el mensaje de Dios y por mantenerse fieles en su tarea. Estaban debajo del altar.