Hermanos en la fe, piensen como personas maduras. Es bueno ser inocentes como un niño y no dar paso a la maldad. Pero, a la hora de pensar, hay que hacerlo como un adulto maduro.
Apocalipsis 4:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) El primero de los seres vivientes era parecido a un león; el segundo se parecía a un toro. El tercero tenía cara humana y el cuarto se parecía a un águila volando. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. Biblia Nueva Traducción Viviente El primero de esos seres vivientes era semejante a un león, el segundo era como un buey, el tercero tenía cara humana, y el cuarto era como un águila en vuelo. Biblia Católica (Latinoamericana) El primer Ser Viviente se parece a un león, el segundo a un toro, el tercero tiene un rostro como de hombre y el cuarto es como un águila en vuelo. La Biblia Textual 3a Edicion El primer ser viviente era° semejante a un león, el segundo ser viviente, semejante a un becerro, el tercer ser viviente tenía° rostro como de hombre, y el cuarto ser viviente era semejante a un águila volando.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 El primero es semejante a un león; el segundo, semejante a un toro; el tercero tiene el rostro como de hombre; y el cuarto es semejante a un águila en vuelo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el primer ser viviente era semejante a un león; y el segundo ser viviente era semejante a un becerro; y el tercer ser viviente tenía la cara como de hombre; y el cuarto ser viviente era semejante a un águila volando. |
Hermanos en la fe, piensen como personas maduras. Es bueno ser inocentes como un niño y no dar paso a la maldad. Pero, a la hora de pensar, hay que hacerlo como un adulto maduro.
También había algo parecido a un mar, transparente como el cristal. En el centro, rodeando el trono, había cuatro seres vivientes. Estos estaban llenos de ojos por delante y por detrás.
Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: «¡Ven!».
Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes, que decía: «¡Ven!». Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano.
Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: «¡Ven!».