―Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado será arrancada de raíz —les respondió—.
Apocalipsis 22:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le digo esto: Que nadie le añada nada. Al que lo haga, Dios le añadirá a él los castigos descritos en este libro. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo declaro solemnemente a todos los que oyen las palabras de la profecía escritas en este libro: si alguien agrega algo a lo que está escrito aquí, Dios le agregará a esa persona las plagas que se describen en este libro. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo, por mi parte, advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: 'Si alguno se atreve a añadir algo, Dios echará sobre él todas las plagas descritas en este libro. La Biblia Textual 3a Edicion Yo testifico a todo el que oye las palabras de la profecía de este rollo: Si alguno añade a ellas, Dios le añadirá las plagas escritas en este rollo; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo declaro a todo el que escucha las palabras de la profecía de este libro: 'Si alguno les añade algo, Dios le añadirá a él las plagas que están escritas en este libro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque yo testifico a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas que están escritas en este libro. |
―Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado será arrancada de raíz —les respondió—.
Así que les digo esto de parte del Señor: no vivan como la gente que no cree en Dios, pues esas personas no piensan correctamente.
Que nadie le cause mal a su hermano en la fe ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido.
¡Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan este mensaje profético y obedecen lo que allí está escrito! Porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
Vi en el cielo algo grande y maravilloso: siete ángeles con los últimos siete castigos. Después de estos castigos el enojo de Dios llegaría a su fin.
Del templo salieron los siete ángeles que llevaban los siete castigos que Dios enviaría. Estaban vestidos con una tela fina, limpia y resplandeciente, y llevaban cinturones de oro a la altura del pecho.
Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Este es el que hacía cosas maravillosas bajo la autoridad de la bestia. Por medio de esas cosas engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron echados vivos al lago de fuego y azufre.
El diablo, que los había engañado, será echado al lago de fuego y azufre. Allí también están la bestia y el falso profeta. Ahí los harán sufrir para siempre, de día y de noche.
Todo aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era echado al lago de fuego.
También me dijo: «No mantengas en secreto el mensaje profético de este libro, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para anunciar estas cosas a las iglesias. Yo soy el heredero del trono de David. Soy la brillante estrella de la mañana».
Y Jesús dice: «¡Miren que vengo pronto! Dichoso el que acepta las palabras del mensaje profético de este libro».
Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un servidor de Dios como tú, como tus compañeros los profetas y como todos los que aceptan las palabras de este libro. ¡Adora solo a Dios!».
»Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: A mí me llaman el Amén, porque soy fiel y digo la verdad. Yo gobierno sobre la creación de Dios, y este es mi mensaje: