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Apocalipsis 22:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Luego el ángel me mostró un río claro como el cristal, cuyas aguas dan vida. Este río salía del trono de Dios y del Cordero.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego el ángel me mostró un río con el agua de la vida, era transparente como el cristal y fluía del trono de Dios y del Cordero.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después el ángel me mostró el río de agua de la vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y me mostró un río° de agua de vida,° resplandeciente como el cristal, que fluye del trono de Dios y del Cordero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Me mostró luego un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que sale del trono de Dios y del Cordero.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y me mostró un río puro de agua de vida, claro como el cristal, que provenía del trono de Dios y del Cordero.

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Otras versiones



Apocalipsis 22:1
30 Referencias Cruzadas  

Si Dios recibe gloria por él, Dios le dará gloria al Hijo. Y lo hará muy pronto.


»Yo les enviaré, de parte del Padre, al Consolador. Él es el Espíritu de verdad que procede del Padre. Cuando él venga, testificará acerca de mí.


Pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás. Al contrario, dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.


Dios, con su poder, le dio un sitio de honor. Y él, habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, nos lo ha dado a nosotros. Esto es lo que ustedes ahora ven y oyen.


Este libro narra lo que Dios le mostró a Jesucristo acerca de las cosas que sucederán pronto. Dios se las mostró para que él se las muestre a sus servidores. Jesucristo envió entonces a su ángel para dar a conocer estas cosas a Juan, su servidor.


Brillaba con la gloria de Dios. Su brillo era como el de una piedra preciosa, como un diamante, transparente como el cristal.


También me dijo: «Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.


Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con los últimos siete castigos. Me habló así: «Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero».


El Espíritu y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven!». El que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga. Y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.


El ángel me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor y Dios que habla por medio del espíritu de sus profetas ha enviado a su ángel para mostrar a sus servidores lo que va a suceder pronto».


Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono. Así como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.


Y oí que todas las criaturas de la creación estaban cantando. Me refiero a las criaturas del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar. Todas ellas cantaban: «¡Alabemos al que está sentado en el trono y al Cordero! ¡Que reciban la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por siempre!».


Entonces vi a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Estaba en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y de los líderes. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.


Pues el Cordero que está en el trono los guiará y los llevará a fuentes de agua viva. Dios les secará toda lágrima de sus ojos.