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Apocalipsis 21:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con los últimos siete castigos. Me habló así: «Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas con las últimas siete plagas se me acercó y me dijo: «¡Ven conmigo! Te mostraré a la novia, la esposa del Cordero».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Se acercó a mí uno de los siete ángeles de las siete copas llenas de las siete últimas plagas y me dijo: 'Ven, que te voy a mostrar a la novia, a la esposa del Cordero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y vino uno de los siete ángeles que tienen las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas finales y me dijo: 'Ven; te mostraré a la desposada, la esposa del Cordero'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.

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Otras versiones



Apocalipsis 21:9
10 Referencias Cruzadas  

Este libro narra lo que Dios le mostró a Jesucristo acerca de las cosas que sucederán pronto. Dios se las mostró para que él se las muestre a sus servidores. Jesucristo envió entonces a su ángel para dar a conocer estas cosas a Juan, su servidor.


Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven, y te mostraré el castigo de la gran ciudad que adora a dioses falsos, la que está sentada sobre muchas aguas.


¡Alegrémonos, celebremos con gozo y démosle gloria a nuestro Dios! Ya ha llegado el día de la boda del Cordero. Su novia se ha preparado,


Midió también la muralla, y midió ciento cuarenta y cuatro unidades, es decir, sesenta y cinco metros, según las medidas humanas que el ángel empleaba.


Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, donde está Dios. La ciudad parecía una novia hermosamente preparada y vestida para su prometido.


Luego el ángel me mostró un río claro como el cristal, cuyas aguas dan vida. Este río salía del trono de Dios y del Cordero.


El Espíritu y la esposa del Cordero dicen: «¡Ven!». El que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga. Y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.


El ángel me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor y Dios que habla por medio del espíritu de sus profetas ha enviado a su ángel para mostrar a sus servidores lo que va a suceder pronto».