Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos por mi causa recibirá cien veces más y obtendrá la vida eterna.
Apocalipsis 21:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Al que salga vencedor le daré todo esto, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que salgan vencedores heredarán todas esas bendiciones, y yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos. Biblia Católica (Latinoamericana) Esa será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él y él será hijo para mí. La Biblia Textual 3a Edicion El que venza heredará estas cosas, y le seré por Dios, y él me será por hijo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que venza, heredará estas cosas. Y yo seré su Dios y él será mi hijo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que venciere, heredará todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo. |
Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos por mi causa recibirá cien veces más y obtendrá la vida eterna.
Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”.
»Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.
Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se arrodilló delante de él. ―Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?
¿Cómo pueden los ídolos habitar en el templo de Dios? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo».
Yo seré un Padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas —dice el Señor Todopoderoso».
Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Si alguien los trata mal, no busquen venganza y, si los insultan, no respondan con otro insulto. Al contrario, bendigan a esa persona, pues ustedes fueron llamados para recibir la bendición de Dios.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte, es decir, jamás será separado de Dios.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido. Además, le daré una piedrecita blanca. En ella está escrito un nombre nuevo que solo conoce el que lo recibe.
Eso sí, sigan obedeciendo con firmeza los mandatos que ya tienen, hasta que yo venga.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida. Este árbol está en el paraíso de Dios.
Oí una fuerte voz que venía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está el lugar donde habita Dios! Él vivirá en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.