La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Apocalipsis 2:21 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Le he dado tiempo para que se arrepienta de sus pecados sexuales, pero no quiere hacerlo.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Le di tiempo para que se arrepintiera, pero ella no quiere abandonar su inmoralidad.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere dejar su prostitución.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y le he dado tiempo para que se arrepintiera, pero no quiere arrepentirse de sus fornicaciones.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Le he dado tiempo para convertirse, pero no quiere convertirse de su fornicación.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y le he dado tiempo para que se arrepienta de su fornicación; y no se ha arrepentido.

Ver Capítulo
Otras versiones



Apocalipsis 2:21
9 Referencias Cruzadas  

Aunque Dios quería mostrar su enojo y dar a conocer su poder, no lo hizo. Al contrario, soportó con mucha paciencia a los que merecían ser castigados y destruidos.


Es decir, aquellos que hace mucho tiempo desobedecieron a Dios. Me refiero a los que no hicieron caso a Noé. Dios esperaba con paciencia que ellos se arrepintieran mientras Noé construía el arca. Pero solo unas cuantas personas, ocho en total, fueron llevadas por el arca a un lugar seguro. Estas personas fueron salvadas por medio del agua.


Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación. Esto es lo que también les escribió Pablo, nuestro querido hermano en la fe. Dios le dio sabiduría para explicarles todo eso.


El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos piensan. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie muera sin haberse arrepentido.


Pero ni aun así se arrepintieron de sus malas acciones. Al contrario, maldecían al Dios del cielo, debido a sus dolores y llagas.


Todos sufrieron terribles quemaduras, pero ni así se arrepintieron. En vez de darle gloria a Dios, que tiene poder sobre esos castigos, maldijeron su nombre.