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Apocalipsis 17:6 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Vi que la mujer se había emborrachado con la sangre de los creyentes que dieron su vida por hablar acerca de Jesús. Al verla, quedé muy asombrado.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pude ver que ella estaba borracha, borracha de la sangre del pueblo santo de Dios, es decir, los que testificaron de Jesús. Me quedé mirándola totalmente asombrado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y observé que la mujer se había embriagado con la sangre de los santos y de los mártires de Jesús. Esta visión me dejó muy sorprendido,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y vi a la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y al verla, me asombré con gran asombro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vi que la mujer estaba ebria de la sangre del pueblo santo y de la sangre de los testigos de Jesús. Su visión me dejó estupefacto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vi a la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé maravillado con gran asombro.

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Otras versiones



Apocalipsis 17:6
12 Referencias Cruzadas  

y le dijo: ―Todos sirven primero el mejor vino. Y, cuando los invitados ya han bebido mucho, sirven el más barato. Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.


Saben que yo estaba allí cuando mataron a Esteban. Lo mataron por hablar acerca de ti. Y, mientras se derramaba su sangre, yo daba mi aprobación y cuidaba la ropa de quienes lo mataban”.


Ellos lo han vencido con la sangre del Cordero y con el mensaje que anunciaron. Nunca tuvieron miedo de morir, pues estaban dispuestos a dar su vida.


Se le permitió dar vida a la imagen de la primera bestia, para que pudiera hablar, y así mandar a matar a quienes no adoraran la imagen.


También se le permitió hacer la guerra a los creyentes y vencerlos. Se le dio autoridad sobre la gente de toda tribu, pueblo, idioma y nación.


Ellos derramaron la sangre de creyentes y de profetas. Ahora tú les has dado a beber sangre. ¡Es un justo castigo!».


Sé que vives allí donde Satanás tiene su trono. Sin embargo, sigues confiando en mí. No has abandonado tu fe en mí. Ni siquiera lo hiciste cuando mataron a Antípas, quien fielmente hablaba de mí. A él lo mataron en esa ciudad donde vive Satanás.