Se decían el uno al otro: ―¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?
Apocalipsis 17:1 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven, y te mostraré el castigo de la gran ciudad que adora a dioses falsos, la que está sentada sobre muchas aguas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; Biblia Nueva Traducción Viviente Uno de los siete ángeles que derramaron las siete copas se acercó y me dijo: «Ven conmigo, y te mostraré la sentencia que recibirá la gran prostituta, que gobierna sobre muchas aguas. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces vino uno de los siete ángeles de las siete copas y me dijo: 'Ven, que te voy a mostrar el juicio de la famosa prostituta que se sienta al borde de las grandes aguas;' La Biblia Textual 3a Edicion Y vino uno de los siete ángeles que tienen las siete copas y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la sentencia contra° la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas y me habló diciendo: 'Ven, voy mostrarte el juicio contra la gran prostituta, la que está asentada junto a aguas caudalosas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas; |
Se decían el uno al otro: ―¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?
Este libro narra lo que Dios le mostró a Jesucristo acerca de las cosas que sucederán pronto. Dios se las mostró para que él se las muestre a sus servidores. Jesucristo envió entonces a su ángel para dar a conocer estas cosas a Juan, su servidor.
Vi en el cielo algo grande y maravilloso: siete ángeles con los últimos siete castigos. Después de estos castigos el enojo de Dios llegaría a su fin.
La gran ciudad de Babilonia se partió en tres, y las ciudades de las naciones quedaron destruidas. Dios se acordó de la gran Babilonia y la castigó. La hizo beber de la copa de su enojo.
Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder, y la tierra se iluminó con su resplandor.
pues él juzga con honestidad y justicia. Ha castigado a la gran ciudad idólatra pues hizo que toda la tierra adorara dioses falsos. Él tomó venganza contra ella, pues mató a los servidores de Dios».
El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido invitados a la cena de la boda del Cordero!”». Y añadió: «Esto lo dice Dios, y es la verdad».
El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla.
Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con los últimos siete castigos. Me habló así: «Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero».
Después de esto miré, y allí en el cielo había una puerta abierta. Y la voz que me había hablado antes con la fuerza como de trompeta me dijo: «Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto».