Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de la gran ciudad, donde fue crucificado su Señor. A esta ciudad se le da el nombre simbólico de Sodoma y Egipto.
Apocalipsis 16:19 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) La gran ciudad de Babilonia se partió en tres, y las ciudades de las naciones quedaron destruidas. Dios se acordó de la gran Babilonia y la castigó. La hizo beber de la copa de su enojo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Biblia Nueva Traducción Viviente La gran ciudad de Babilonia se partió en tres secciones, y las ciudades de muchas naciones cayeron y quedaron reducidas a escombros. Así que Dios se acordó de todos los pecados de Babilonia, y la hizo beber de la copa que estaba llena del vino del furor de su ira. Biblia Católica (Latinoamericana) La Gran Ciudad se abrió en tres partes y las ciudades de las naciones se desplomaron. Acababan de acordarse ante Dios de la Gran Babilonia y le iban a pasar la copa del vino puro de su ira. La Biblia Textual 3a Edicion Y la gran ciudad se dividió en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para que se le diera el cáliz del vino de su ira.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 La gran ciudad se partió en tres y las ciudades de los gentiles se derrumbaron. Dios se acordó de Babilonia, la grande, para darle a beber la copa del vino de su terrible ira. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la gran ciudad fue partida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira. |
Sus cadáveres quedarán tendidos en la plaza de la gran ciudad, donde fue crucificado su Señor. A esta ciudad se le da el nombre simbólico de Sodoma y Egipto.
Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven, y te mostraré el castigo de la gran ciudad que adora a dioses falsos, la que está sentada sobre muchas aguas.
La mujer que has visto es aquella gran ciudad que tiene poder de gobernar sobre los reyes de la tierra».
En la frente llevaba escrito un nombre misterioso: la gran Babilonia madre de todos los idólatras y de las cosas repugnantes de la tierra.
Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán: «¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora ha llegado tu castigo!».
Gritó a gran voz: «¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en vivienda de demonios y en escondite de todo espíritu maligno. Es ahora el nido de toda ave que odiamos y no debemos comer.
Entonces un ángel poderoso levantó una piedra, que era como una gran piedra de molino. Luego la arrojó al mar diciendo: «Así también tú, Babilonia, gran ciudad, serás derribada con la misma violencia. Dejarás de existir para siempre.
Pues sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus injusticias.