¡Dios es inmensamente rico en sabiduría y conocimiento! ¡Nadie puede entender sus decisiones o explicar el por qué de sus acciones!
Apocalipsis 15:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) El templo se llenó del humo que salía de la gloria y del poder de Dios. Nadie podía entrar allí hasta que se terminaran los siete castigos de los siete ángeles. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. Biblia Nueva Traducción Viviente El templo se llenó del humo de la gloria y el poder de Dios. Nadie podía entrar en el templo hasta que los siete ángeles terminaran de derramar las siete plagas. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el Santuario se llenó de humo por estar allí la gloria de Dios y su poder, de modo que nadie podía entrar en él hasta que se consumaran las siete plagas de los siete ángeles. La Biblia Textual 3a Edicion Y el santuario se llenó de humo° por la gloria de Dios y por su poder; y nadie podía entrar en el santuario hasta que fueran consumadas las siete plagas de los siete ángeles. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El santuario se llenó de humo procedente de la gloria de Dios y de su poder y nadie podía entrar en el santuario hasta que se consumaran las siete plagas de los siete ángeles. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el templo se llenó de humo de la gloria de Dios, y de su poder; y nadie podía entrar en el templo, hasta que fuesen consumadas las siete plagas de los siete ángeles. |
¡Dios es inmensamente rico en sabiduría y conocimiento! ¡Nadie puede entender sus decisiones o explicar el por qué de sus acciones!
Ellos serán alejados de la presencia del Señor, para que no compartan su grandioso poder, y sufrirán el castigo de la destrucción eterna.
Vi en el cielo algo grande y maravilloso: siete ángeles con los últimos siete castigos. Después de estos castigos el enojo de Dios llegaría a su fin.
Brillaba con la gloria de Dios. Su brillo era como el de una piedra preciosa, como un diamante, transparente como el cristal.