Pues tal como juzguen se les juzgará y, con la medida con que midan a otros, se les medirá a ustedes.
Apocalipsis 11:9 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Por tres días y medio la gente mirará sus cadáveres y no permitirá que sean enterrados. Será gente de todo pueblo, tribu, idioma y nación. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Biblia Nueva Traducción Viviente Y durante tres días y medio, todos los pueblos y todas las tribus, lenguas y naciones se quedarán mirando los cadáveres. A nadie se le permitirá enterrarlos. Biblia Católica (Latinoamericana) Y durante tres días y medio, gente de todos los pueblos, razas, lenguas y naciones contemplan sus cadáveres, pues no está permitido sepultarlos. La Biblia Textual 3a Edicion Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas y naciones, contemplan sus cadáveres durante tres días y medio, y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Gente de los pueblos, tribus, lenguas y naciones contemplarán sus cadáveres durante tres días y medio y no permitirán sepultar sus cuerpos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los de los pueblos, y tribus, y lenguas, y naciones verán los cadáveres de ellos por tres días y medio, y no permitirán que sus cadáveres sean puestos en sepulcros. |
Pues tal como juzguen se les juzgará y, con la medida con que midan a otros, se les medirá a ustedes.
Entonces se me ordenó: «Tienes que volver a comunicar el mensaje de Dios a la gente de muchos pueblos, naciones, idiomas y reyes».
Pasados los tres días y medio, Dios les volvió a dar vida, y se pusieron de pie, y los que los observaban sintieron mucho miedo.
También se le permitió hacer la guerra a los creyentes y vencerlos. Se le dio autoridad sobre la gente de toda tribu, pueblo, idioma y nación.
Además el ángel me dijo: «Las aguas que has visto, donde está sentada la ciudad idólatra, representan a gente de todos los pueblos, multitudes, naciones e idiomas.
Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro líderes se arrodillaron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso. Estas representan las oraciones de los creyentes.
Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado. Con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, idioma, pueblo y nación.