En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Te alabo porque has escondido estas cosas de los sabios e instruidos, y se las has revelado a los que son como niños.
Apocalipsis 11:17 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Adoraron diciendo: «Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras. Te damos gracias porque has demostrado tu gran poder y has comenzado a reinar. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Biblia Nueva Traducción Viviente diciendo: «Te damos gracias, Señor Dios, el Todopoderoso, el que es y que siempre fue, porque ahora has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar. Biblia Católica (Latinoamericana) diciendo:
Te damos gracias,
Señor Dios, Todopoderoso,
el que eres y que eras,
porque has empezado a reinar,
valiéndote de tu poder invencible. La Biblia Textual 3a Edicion diciendo: Te damos gracias, Señor Dios, Todopoderoso, el que eres y el que eras,° porque has tomado tu gran poder y asumiste el reino.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 diciendo: 'Te damos gracias, Señor, Dios todopoderoso, el que es y el que era, porque has recobrado tu gran poder, y has comenzado a reinar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. |
En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Te alabo porque has escondido estas cosas de los sabios e instruidos, y se las has revelado a los que son como niños.
En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. Te alabo porque has escondido estas cosas de los sabios e instruidos, y se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.
Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: ―Padre, te doy gracias porque me has escuchado.
Doy gracias a Dios, porque por medio de Cristo siempre nos da la victoria. Él hace que nuestro mensaje se vaya conociendo por todas partes como si fuera un aroma agradable.
Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio.
Los saluda Juan. Escribo este libro a las siete iglesias que están en la provincia de Asia. Le pido a Dios, quien es, era y vendrá, que los llene de su amor inmerecido y de su paz. Lo mismo pido a los siete espíritus que están delante de su trono
«Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último —dice el Señor Dios—. El que es y que era y que vendrá, el Todopoderoso».
El séptimo ángel tocó su trompeta. Entonces en el cielo se escucharon fuertes voces que decían: «El reino del mundo ha pasado a ser de nuestro Señor y de su Cristo. Él reinará para siempre».
Cantaban el himno de Moisés, servidor de Dios, y el himno del Cordero. Cantaban así: «Todo lo que haces es grande y maravilloso, Señor Dios Todopoderoso. Todo lo que haces es justo y correcto, Rey de las naciones.
Eran espíritus de demonios que hacían cosas maravillosas. Salieron a reunir a los reyes del mundo entero para el día de la gran batalla del Dios Todopoderoso.
Oí que el ángel de las aguas decía: «Justo eres tú, el Santo, que eres y que eras, porque has juzgado bien.
Oí también que desde el altar alguien respondía: «Así es, Señor Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios».
Por eso, en un solo día recibirá todos sus castigos: muerte, sufrimiento y hambre. Será consumida por el fuego, porque poderoso es el Señor Dios que la juzga».
Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llamaba Fiel y Verdadero. Era justo en sus decisiones y con justicia iba a la guerra.
Después oí las voces de una inmensa cantidad de personas. Era como el ruido de muchas aguas y como el retumbar de potentes truenos. Las voces decían: «¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso.