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Apocalipsis 11:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Entonces los dos testigos oyeron una potente voz del cielo que les decía: «Suban acá». Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego una fuerte voz del cielo llamó a los dos profetas: «¡Suban aquí!». Entonces ellos subieron al cielo en una nube mientras sus enemigos los veían.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces una voz poderosa les gritó desde el cielo: 'Suban. Y subieron al cielo en medio de la nube a la vista de sus enemigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y oyeron una gran voz procedente del cielo, que les decía: ¡Subid acá! Y subieron al cielo en la nube,° y los contemplaron sus enemigos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Oyeron entonces una gran voz del cielo que les decía: 'Subid acá'. Y subieron al cielo en la nube, en presencia de sus enemigos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos los vieron.

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Otras versiones



Apocalipsis 11:12
21 Referencias Cruzadas  

En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.


Después de decir esto, fue llevado al cielo. Mientras ellos lo miraban, una nube lo ocultó de su vista.


Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos tomados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.


Ella dio a luz un hijo varón que «gobernaría a todas las naciones con gran poder». Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios, que está en su trono.


Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono. Así como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.


Después de esto miré, y allí en el cielo había una puerta abierta. Y la voz que me había hablado antes con la fuerza como de trompeta me dijo: «Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto».