»Así que, cuando vean en el lugar santo “el horrible sacrilegio”, del que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda),
Apocalipsis 1:3 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) ¡Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan este mensaje profético y obedecen lo que allí está escrito! Porque el tiempo de su cumplimiento está cerca. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Biblia Nueva Traducción Viviente Dios bendice al que lee a la iglesia las palabras de esta profecía y bendice a todos los que escuchan el mensaje y obedecen lo que dice, porque el tiempo está cerca. Biblia Católica (Latinoamericana) Feliz el que lea en público estas palabras proféticas y felices quienes las escuchan y hacen caso de este mensaje, porque el tiempo está cerca. La Biblia Textual 3a Edicion Bienaventurado° el que lee y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dichoso el que lee y los que escuchan las palabras de esta profecía y observan lo escrito en ella, pues el tiempo está cerca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. |
»Así que, cuando vean en el lugar santo “el horrible sacrilegio”, del que habló el profeta Daniel (el que lee, que lo entienda),
―Dichosos más bien —respondió Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
Hagan todo esto teniendo en cuenta el momento en que vivimos. Han estado como dormidos, y ya es hora de que despierten. Nuestra salvación está ahora más cerca que cuando creímos.
El mundo vive como en una noche oscura, haciendo el mal. Pero esa noche ya se acaba, y se acerca el día. Por eso, dejen de hacer el mal y hagan el bien. Pues hacer el bien es como ponerse una armadura de luz.
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, estén alerta y oren con seriedad.
Pero no olviden, queridos hermanos en la fe, que para el Señor un día es como mil años y mil años, como un día.
También me dijo: «No mantengas en secreto el mensaje profético de este libro, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
«¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo la recompensa, y premiaré a cada uno según lo que haya hecho.
El que anuncia estas cosas dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
Vengo pronto. Aférrate a la fe que tienes, para que nadie te quite la corona.